Florentino Pérez se siente superior. Reacio a las críticas (Ceño fruncido), Seguridad (Escucha y contesta mirando a los ojos), Busca respuesta convincente (Muscula los labios en los planos de escucha), Falta de naturalidad (Dependencia del papel, no improvisa), Se siente superior (Mentón elevado) y Busca aprobación (Inclina cabeza y cuello).
Sandro Rosell no disfruta de sus comparecencias. Inquietud (Balanceo del cuerpo), Falta de convicción (Párpados caídos), Inseguridad (Le cuesta establecer contacto visual), Angustia (Sonrisa inversa), Nerviosismo (Lame los labios) y Falta de credibilidad (Tono carente de altibajos, sin resonancia, ni contundencia).
1. Sandro Rosell remata, Florentino Pérez define
Mayor capacidad del presidente blanco para aprovechar cada intervención y colocar su
mensaje, sus ideas, su discurso. El recurso de la sonrisa de Rosell, brillante pero poco utilizado, no es suficiente para el juego de manos, miradas y hombros de Florentino Pérez.
2. Sandro Rosell racional, Florentino Pérez emocional
El presidente blanco tiene mayor capacidad con sus gestos y metáforas para dibujar escenarios emocionales. Las historias personales, experiencias y anécdotas le permiten salir airoso de preguntas incómodas. Rosell se apoya más en un discurso de razones que no le permite volar tan alto.
3. Sandro Rosell respeta al club, Florentino Pérez lo entiende
Gran control y contención por parte de ambos a la hora de referirse al club. Las historias y las anécdotas sirven para acercar su discurso y modelo a todos los públicos. Para conectar sus sueños con la historia que representa el club. El respeto de Rosell no ofende, aunque tampoco emociona ni moviliza.
4. Florentino Pérez gana en visión de juego y desmarque
La mayor experiencia del presidente blanco hace que sea más rápido y preciso que Sandro Rosell, a la hora de conectar preguntas y respuestas, intercalando silencios y gestos.
5. Sandro Rosell menos eficaz en su puesta en escena
No es cuestión de traje, ni de corbata, sino que tiene que ver con la coherencia entre lo que dice y cómo se percibe. Cuida el mensaje y descuida la puesta en escena del mensaje. Esta falta de unión, de identificación en su discurso, le resta credibilidad, confianza y en consecuencia, eficacia.
6. Lo formal contra lo divino
Florentino entiende que ha sido llamado para afrontar el desafío de devolver el prestigio al madridismo, es un líder. Rosell parece convencido de haber heredado un gran club y de trabajar por mejorarlo cada día. Es un representante. Ambos llevan traje, pero solo uno se siente encorsetado.
INFO | El Clásico más allá de las palabras (estudio completo)
FUENTE | Comunicar es ganar