La prensa catalana asegura que el líder de la Comisión Técnica, Ariedo Braida, y el máximo responsable del área de fútbol del FC Barcelona, Albert Soler, viajarán el próximo miércoles a Turín para cerrar el fichaje de Paul Pogba, que llegaría en verano de 2016
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Según han anunciado "MD" y "Sport", los dos principales referentes de información deportiva relacionada con el Barça, Ariedo Braida y Albert Soler tendrían previsto viajar el próximo miércoles a Turín para cerrar de forma definitiva el fichaje de Paul Pogba por el club, aterrizando en el Camp Nou en verano de 2016 y en una operación que rondaría los 80 millones de euros. El futbolista ya habría dado el "sí quiero" al Barça y el principal asunto por resolver sería el sueldo que pasará a cobrar en la entidad culé, dado que Mino Raiola, su representante, seguiría pidiendo 12 millones netos por temporada.
Pogba, considerado por la gran mayoría de aficionados del fútbol como uno de los mejores centrocampistas del mundo a sus 22 años, pudo comprobar en la final de la Champions que el FC Barcelona está llamado a ser de nuevo el gran dominador de Europa en los próximos años. En este sentido, desearía fichar por el club azulgrana para ganar todos los títulos posibles y obtener gloria deportiva.
"MD" asegura que, al tiempo que se zanjará la incorporación de Pogba al FC Barcelona de cara a verano de 2016, si sale escogido Josep Maria Bartomeu en las elecciones a la presidencia del club se cerraría igualmente la contratación de Arda Turan a cambio de unos 40 millones de euros, el precio de la cláusula de rescisión del polivalente atacante turco con el Atlético de Madrid. Arda Turan llegaría este mismo verano al Barça pero, como Aleix Vidal, no podría debutar hasta enero de 2016.
Los títulos y el éxito deportivo no se pueden comprar
El caso es que, pese a que Manchester City y PSG estarían dispuestos a asumir cantidades económicas que el Barça no pagaría, el deseo de Pogba sería jugar en el Camp Nou para así tener mayores posibilidades de ganar títulos de gran calibre, como la Champions League o el Mundial de Clubes. El centrocampista francés habría alucinado con el juego técnico y efectivo del FC Barcelona en la final de Berlín, y tendría claro que por delante de cualquier contrato astronómico estará siempre la gloria deportiva, algo difícil de comprar (que le pregunten a Florentino).