El Barcelona afronta el tramo decisivo de la temporada en estado de gracia después de sumar en San Mamés su novena victoria consecutiva. Desde la derrota en Anoeta, el equipo azulgrana ha encadenado 9 victorias entre Liga y Copa y ha aumentado su productividad goleadora
El Barça de Luis Enrique parece haber encontrado por fin su estilo, y no tiene mucho que ver con el juego pausado y de posición que tantos triunfos dio al club en la época de Josep Guardiola. El Barça actual ya no está tan pendiente de la posición y sí de atacar a los espacios, aprovechando que tiene jugadores de calidad superlativa como Leo Messi, Neymar o Luis Suárez para ejecutar a sus rivales a toda velocidad y casi sin tiempo de reacción.
Antes de caer en el campo de la Real Sociedad (1-0), el Barça tenía un promedio de 2,4 goles por partido, que ha aumentado a 3,8 en los últimos 9 partidos saldados con victoria, sumando Liga y Copa. Si nos centramos en la Liga, la media alcanza los 4,2 goles por partido. Claro que también la media de goles encajados se ha doblado y ha pasado de 0,5 a un gol por partido. Pero, siguiendo el viejo dicho de Johan Cruyff, lo que importa en el fútbol es hacer un gol más que el rival.
Los azulgranas salen ahora a buscar los partidos presionando más arriba y ponen cerco a la portería rival con una fútbol más dinámico, directo y vertical. Cuando su oponente acepta el intercambio de golpes, el aficionado puede disfrutar de partidos de ida y vuelta tan trepidantes como el Atlético-Barça (1-0 y 2-3) de los cuartos de final de Copa o los dos últimos duelos de la liga contra el Villarreal (3-2) y el Athletic Club (2-5).
Al actual Barça jugar la Liga a todo trapo le viene de maravilla. Su pegada es tal, que poco importa que se haya olvidado de controlar el tempo de los partidos a su capricho, una de sus señas de identidad en los últimos y exitosos años. Ahora, las contras rápidas también son una opción.
En la brillante victoria de ayer en La Catedral (2-5), los dos jugadores azulgranas que menos intervinieron en el partido fueron Xavi Hernández e Ivan Rakitic, lo que no hace tanto podría haber encendido todas las señales de alarma y que ahora no es nada más que la constatación de que el equipo prefiere explotar la velocidad en la transición y el juego de espacios.
Bajo estas nuevas señas de identidad, el Barça ha pasado de aburrir con su fútbol previsible en estático a divertirse -y divertir a los demás, convirtiéndose en el único equipo que incluso opta al triplete y que ha sido capaz de ganar los últimos cinco partidos de Liga.
El Real Madrid, a la baja
El Real Madrid, que cayó en el Calderón, y el Atlético, que hizo lo mismo en el Camp Nou sólo han ganado los últimos cuatro compromisos de la liga y además han quedado eliminados de la Copa del Rey. Ambos presentan una estadística sensiblemente inferior a la del conjunto azulgrana en estas cinco últimas jornadas. Los blancos tienen una media de 2,4 goles marcados por 1,2 goles encajados, mientras que el conjunto que dirige el 'Cholo' Simeone ha anotado 2,6 goles por partido y encajado un gol por partido.
Un Messi celestial ha marcado en todos los partidos de Liga desde Anoeta, Neymar se ha revelado como un crack que decide partidos, Luis Suárez por fin se ha reencontrado con el gol y jugadores como Piqué o Busquets han recuperado su mejor versión para ponerla al servicio del equipo. Todo ello en poco más de un mes. Aunque un mes, en el fútbol, es mucho tiempo.
