El Mundial por encima de todo

En año de Mundial el rendimiento de algunos jugadores no es el esperado

Esta temporada, las prioridades de los futbolistas más importantes del mundo cambian. Es año de Mundial, y eso significa que los mejores jugadores tienen en mente que, intentando hacer un buen año con su club, lo que resulta vital es llegar lo mejor posible al mes de junio, puesto que Brasil les espera para la cita más trascendental del año y una de las más relevantes de sus carreras

Es por ello que no es de extrañar que ya se esté hablando, quizá demasiado a estas alturas de temporada, de la cita mundialista. El propio Cristiano Ronaldo dijo públicamente hace unos días que no había visto el sorteo de los grupos del Mundial, que quedaba “muy lejos” y que no le importaba, pero sus palabras tan solo llevaron a confirmar lo que ya todo el mundo sabía: El portugués tiene en mente el Mundial grabado a fuego y así lo demostró en la repesca cuando celebró el pase de su Selección a la fase final como si fuera la final del torneo. Y es algo normal. Es muy lógico que los jugadores quieran estar preparados para la competición futbolística más importante del planeta, y más teniendo en cuenta que se disputa una sola vez cada cuatro años. También Leo Messi está en Argentina ultimando su recuperación de la lesión, con las miras puestas en la cita que lo podría consagrar, si es que todavía no lo ha conseguido, como el mejor jugador de fútbol toda la Historia.

Es humano, es normal, toda persona tiende a centrarse en lo más importante y, de alguna manera, infravalorar el resto, va ligado a la esencia de la especie humana. El único problema de que todos los jugadores estén tan centrados en el campeonato del mundo de equipos nacionales no es otro que la implicación de estos futbolistas en los clubes que les pagan la nómina pueda verse mermada.

En el Barça, como sucede en el resto de equipos de primerísimo nivel, el problema es si cabe más grave, ya que la mayoría de jugadores tienen opciones muy altas de ir al Mundial, y por lo tanto casi toda la plantilla tiene la cita de Brasil en la cabeza. Esto puede llevar a situaciones más tensas de lo habitual a la hora de que el técnico tenga que tomar ciertas decisiones. Como ejemplo podría ponerse a Xavi, un jugador que no pasa por su mejor estado de forma pero que, sin embargo, sigue siendo fijo en las alineaciones del F.C.Barcelona. Martino, el míster, sabe perfectamente que si quita a Xavi y el de Terrasa no juega con regularidad, muy probablemente no llegue a final de temporada con el rodaje y la confianza suficiente como para jugar con España en el once titular, puesto que además el mediocampo de la selección española es la posición con más candidatos: Busquets, Iniesta, Xabi Alonso, Cazorla, Cesc, Isco, y un largo etcétera de jugadores que pueden ocupar esa demarcación.

El dilema de “Tata” es complejo y en su primera temporada en el club blaugrana tiene que enfrentarse a una situación bastante complicada pero en la que debe recordar que lo más importante debe ser el club, por encima de todo y, por supuesto de todos. Hay varios jugadores de la plantilla del Barça que no están rindiendo al nivel deseado y las dos recientes derrotas han disparado las alarmas, entendiéndose por una amplia mayoría de la afición que el equipo necesita cambios que consigan mejorar su rendimiento actual.

No se trata de cortar cabezas, ni de buscar culpables. Es una cuestión práctica, si los jugadores no están en un buen momento de forma habrá que darle la oportunidad a otros que estén más “enchufados”. Ellos mismo, los futbolistas, son los primeros que entenderán el mensaje y que se “pondrán las pilas” para no perderse ni los partidos con el club, ni tampoco el Mundial. Si hay otros jugadores que simplemente se van dosificando o jugando a “medio gas” para estar frescos en junio y, mientras tanto, se les ve en el campo con una actitud inapropiada y en ocasiones hasta pareciendo que el partido no va con ellos, el entrenador no lo debe permitir.

En el Barça, cada uno de sus jugadores tiene que jugar como si fuera el último partido de su vida, se trata de una cuestión de honor y ética que el futbolista debe adquirir desde el primer día que se enfunda la camiseta azulgrana. Con jugadores como Messi no hay problema, el argentino es de los que no le gusta perderse ni los partidos de “solteros contra casados”. Otro que no supondrá ningún quebradero de cabeza en Neymar, quien en su primera temporada se está destapando como un jugador de una calidad excepcional, con ganas y “hambre” de triunfar en el Barça antes de jugar como anfitrión en su país el próximo año, y ayer lo volvía a demostrar echándose el equipo a la espalda y haciendo su primer hat-tick como jugador culé. El espíritu de Leo y “Ney” es el que debería contagiar al resto de la plantilla.

Sin embargo, quizá no resulte tan fácil con otros jugadores, que se encuentran ante su última oportunidad de jugar un Mundial. Además, España llega como defensora del título y eso hace que los jugadores nacionales se sientan todavía más ansiosos por disputar la competición internacional. Por estos motivos, la figura de Martino cobra si cabe más importancia. El técnico tiene la oportunidad de demostrar si es capaz de estar a la altura y ojalá lo esté.

Esta temporada tiene un significado muy importante para el socio y seguidor azulgrana, siendo la primera de la era post Guardiola-Tito. Lo que suceda este año tendrá claramente una repercusión importante en el club para las próximas campañas y es por ello que hay que estar más implicados que nunca, pese a que cueste un poco más que otras veces al tener la Copa del Mundo de Brasil 2014 tan cerca.

Marcelo Méndez Mingot