El Barça de este año podría ser fácilmente el equipo, de entre los diez mejores del mundo, con el mejor ataque y la peor defensa
Esto quedó de nuevo de manifiesto ante el Valencia, en un partido que es el paradigma de lo que hay este año, con ataque comandado por Messi, que hizo 3 goles en apenas 20 minutos, poniendo el encuentro muy de cara para los blaugranas, y en tan solo 2 minutos, justo antes del descanso, el equipo encajando dos goles que volvieron a dejar retratada a la defensa. Afortunadamente, una vez más Valdés estuvo increíble y salvo al equipo del empate o incluso la derrota, así que el Barça se adjudicó el 3 de 3 en la Liga. Pero todos saben que ni Valdés va a salvar al equipo en todos los partidos, ni la suerte va a estar de cara todos los días.
Arriba tenemos al mejor del mundo: Messi, y como su fiel escolta estará otro que pronto se va a convertir en un jugador importantísimo, Neymar. Ambos ya dejaron destellos de lo que puede ser la mejor dupla de la historia del fútbol moderno: el tercer gol y la jugada del pase de tacón del brasileño son dos detalles que, junto a sus continuos desmarques y el juego de Leo llegando desde más atrás, empiezan a vislumbrar un futuro de espectáculo y efectividad en la delantera del Barça. Sin embargo, la defensa es un desastre. Sólo se salva Jordi Alba, y aun así debería exigírsele más capacidad y concentración defensiva en algunas fases del partido. Pero Jordi cumple normalmente, y cumple bien.
Piqué es el jugador más lejos de su mejor nivel de la plantilla, ya no sólo a nivel físico, sino también táctico y, probablemente, psicológico. En una de las jugadas que acabó con parada de Valdés, se ve a Gerard yendo sin ningún sentido fuera del área, dejando su posición, a intentar parar a un centrocampista rival, con lo que fue superado con un simple pase. Cuando recupera su posición lo hace lentamente y sin mentalidad táctica alguna y lo del gol de cabeza de Postiga de córner, por si alguien no lo vio, fue bastante lamentable: Piqué salta por detrás del defensor a un metro del delantero, poniendo la cabeza para rematar sin mirar donde está la pelota, en un gesto que no es propio de un jugador de Primera División. Si lo más doloroso de ver a Piqué así, es precisamente que su potencial marca que debería ser un referente del equipo y, ahora mismo, está lejos incluso del nivel general.
Mascherano tiene días y jugadas, donde está o mejor o peor según la ocasión, y Dani Alves ha recuperado su tono ofensivo pero en defensa deja su banda muy abandonada y pocas veces es capaz de parar a los atacantes. La situación es tan caótica, que los aficionados y el propio entrenador están esperando impacientemente la vuelta de Puyol. Desgraciadamente, el gran capitán tampoco ha sido el que era en los últimos meses y, viniendo de otra lesión, todo parece indicar que lamentablemente no será el remedio a todos los males.
Y con este panorama, el F.C. Barcelona ha dejado pasar la oportunidad que tenía antes del cierre del mercado para incorporar a un defensa central, un error sin precedentes de la Secretaría Técnica. Nunca hubo tanto consenso en el barcelonismo en cuanto a las necesidades imprescindibles del equipo. Se han hecho encuestas y sondeos: Todos decían lo mismo, tanto aficionados como socios coincidían en la obligación de reforzar la parte de atrás con, al menos, la incorporación de un central. ¿Por qué no se ha firmado a ningún jugador? Pues aquí es donde el asunto tiene incluso menos explicación. Está claro que el objetivo era Thiago Silva, y el brasileño no dio el paso final para venir a Barcelona. No hará falta recordar que en algunos casos hay que “convencer” a los jugadores para que terminen recalando en el equipo, aunque es cierto también que si un jugador no tiene totalmente claro que quiere vestir la camiseta azulgrana tampoco hay que “obligar” a nadie. Pero es que hay más centrales en el mundo, unos cuantos más… El caso es que entre los que no le gustaban a Zubizarreta, los que no convencían a “Tito”, los que eran muy caros, los que eran demasiado jóvenes, los que tampoco gustaban a “Tata”, al final, como dice el refranero popular, “la casa sin barrer”.
Ya no hay solución, por lo menos hasta que se vuelva a abrir el mercado en diciembre. También es sabido que los fichajes en el mercado de invierno suelen dar pocas alegrías. A pesar del buen inicio de temporada, el equipo está dejando muchas dudas partido tras partido. Ante en Valencia de nuevo los jugadores salieron enchufadísimos, con una presión asfixiante que permitió recuperar balones rápidamente, hacer jugadas con bastante velocidad y marcar 3 goles en muy pocos minutos, viendo a la mejor versión del Barça de esta temporada. Pero luego llegó la cruda realidad y se concedieron 2 goles en 2 minutos.
Está claro que el Valencia en Mestalla es un rival muy complicado y que ganar como visitante es ciertamente complicado. Por ello hay que aplaudir los 3 puntos conseguidos, pero siendo conscientes de que sin la inspiración de Messi y Valdés, y sin la fortuna en los minutos finales, el resultado habría sido diferente.
La pregunta es hasta cuándo acompañará la suerte al equipo… El día que las cosas no estén de cara, el conjunto azulgrana lo va a pasar mal, sobre todo en defensa. Será también el momento perfecto para ver si tanto los jugadores como el nuevo entrenador son capaces de superar los contratiempos que llegarán, más tarde o más temprano, pero siempre acaban apareciendo.
Marcelo Méndez Mingot
