Gerardo Martino ha incorporado su toque personal a la filosofía de juego del FC Barcelona, recuperando algunos conceptos perdidos e introduciendo algunos nuevos para mejorar el rendimiento colectivo de sus jugadores. La base es la presión
El debut liguero del Barça frente al Levante dejó entrever algunas de las premisas tácticas con las que el 'Tata' Martino ha impregnado el juego azulgrana, recuperando ante todo la presión de balón como arma para guardar la posesión y crear constante peligro sobre la portería rival. El técnico argentino, además, ha ordenado variaciones en el ámbito defensivo, cambiando el marcaje en zona por el marcaje al hombre en los córners y faltas en contra y jugando de forma más directa si es necesario para romper con la dinámica habitual. Como se pudo ver ante el Levante, Martino está dispuesto a dosificar a sus hombres para llegar con frescura al tramo final de la temporada, y se atrevió a cambiar a Leo Messi en el minuto 70' y dejar en el banquillo a jugadores como Jordi Alba, Neymar o Iniesta.
En este sentido, el entrenador azulgrana tiene claro lo que quiere de sus jugadores. Por una parte, una de los conceptos clave que ha recuperado es la movilidad constante en las posiciones de ataque (como hacían Rijkaard y también Pep Guardiola), que consiste en alternancias de posición entre los tres atacantes del Barça para dinamizar el juego y hacerlo más impredecible para el rival. Martino, además, quiere que los laterales suban menos para resguardarse mejor de posibles contraataques y mantener siempre una línea de cuatro en defensa, con Busquets siempre pendiente de ayudar a los centrales. Éstos últimos, sin embargo, deben subir mucho sus líneas cuando el FC Barcelona tenga el balón, con el objetivo de recuperar el balón lo antes posible o, si cabe, dejar a los rivales en fuera de juego.
Sin renunciar al modelo de siempre, el argentino desea también que se utilice un juego más directo en algunas fases del partido para no estancarse al borde del área o en el centro del campo. Se pretende, por lo tanto, combinar la tradicional posesión del balón y las espectaculares triangulaciones que caracterizan al conjunto culé con algún que otro pase largo para sorprender al rival. Las rotaciones, además, están aseguradas y los entrenamientos con el 'Tata' son mucho más físicos, con el objetivo de mantener el tono y un alto nivel de juego a lo largo de toda la campaña. Quien entrene mejor será quien tenga más minutos.