Bayern-Barça: Las claves del desastre de Múnich


El Barça ha perdido el equilibrio, esa diferencia que te acerca a la perfección. La derrota en Múnich pone punto y final a la historia de fútbol más grande jamás contada

El Bayern de Múnich ha destrozado al Barça en la ida de las semifinales de la Champions. Los de Jupp Heynckes llegaban al choque en un estado de forma excepcional y lo han demostrado con un juego rápido, profundo y contundente. El Barça de Tito Vilanova, física y mentalmente roto, ha sido barrido del terreno de juego en el peor partido azulgrana en muchos años. Aunque Wembley ya es imposible, toca renovarse o morir.

Las claves de una derrota muy dolorosa: Bayern 4-0 Barça

  • Un equipo desequilibrado: Temporada a temporada la plantilla del Barça ha ido perdiendo el equilibrio casi perfecto que había alcanzado en los últimos años. Etoo, Touré, Keita, Abidal... sin ellos el equipo se ha convertido en una asociación de violinistas. Solo con Busquets no es suficiente, además la falta de centímetros se paga caro en Europa. El fútbol aéreo existe y puede hacer mucho daño. Damos fe
  • Sin intensidad, sin velocidad, sin concentración, sin profundidad, sin pegada... No es un problema exlusivo del partido de Múnich, durante toda la temporada el equipo azulgrana ha mostrado claros síntomas de agotamiento y falta de ideas. Continúa manteniendo la posesión, pero ha perdido sus principales señas de identidad. Ya no presiona arriba como antes y ha perdido la intensidad y la velocidad que hasta hace poco imprimía a los partidos. Además, la falta de concentración -sobretodo en defensa- se ha normalizado, convirtiéndose en unos de los Barça más goleados de la historia. Por último, su fútbol se ha vuelto lento, predecible y aburrido, carente de profundidad y con una pegada fiada en su totalidad a Leo Messi.
  • Baja forma física y lesiones: El estado de forma de la mayoría de jugadores del Barça en este tramo final de la temporada es alarmante. La práctica eliminación del sistema de rotaciones y la habitual ausencia de cambios rotatorios durante los partidos han condenado a una plantilla que ha llegado al tramo final fundida y lesionada. El fondo de armario es claramente insuficiente.
  • Mentalmente agotados: Tras cinco años jugando al máximo nivel, algunos jugadores están saturados. Es evidente que en muchos partidos ya no se divierten como antes, el rendimiento irregular se ha normalizado dando paso a constantes fallos de concentración. Encajar muchos goles en contra se ha convertido en algo habitual esta temporada.
  • Messidependencia: Muchos jugadores se han acostumbrado a ejercer de simples comparsas, escuderos fieles -pero sin iniciativa- del mejor jugador del mundo. Sin ellos, el Barça se vuelve un equipo muy vulnerable. Anulando a Leo, se para todo.
  • Estrellas, estrellitas y jugadores del montón: En el equipo hay demasiada medianía, jugadores que están muy lejos de ofrecer el rendimiento deseado cuando se quiere aspirar a reinar en Europa. Algunos son estrellas contrastadas y pueden permitirse esto y más, otros, sin embargo, se han acostumbrado a jugar a media jornada.
  • Golpe al vestuario: Las enfermedades de Tito Vilanova y Éric Abidal han enrarecido mucho el ambiente durante toda la temporada. El equipo no ha podido trabajar con normalidad durante meses y eso se acaba pagando.
  • Un equipazo alemán: Por último, y no por ello menos importante, el Bayern de Múnich. El conjunto de Heynckes ofreció fútbol en cantidades industriales y mereció ese resultado. Desde hoy es el gran favorito a ganar la Champions.