El 1x1 del Barça, las notas del partido: Real Madrid 2, Barça 1 | Liga 2012-13. Valoramos la actuación de los jugadores del Barça en el Santiago Bernabéu. El mejor del equipo fue Andrés Iniesta. Se ofreció, buscó espacios y adquirió el rol de líder ante el vacío de poder azulgrana
Valdés: Desquiciado (5). De nuevo, el de l'Hospitalet se vio perjudicado por la desconexión defensiva de su equipo, que le dejó vendido en los dos goles encajados. Aún así, el guardameta azulgrana evitó lo que podría haber sido una goleada humillante en la segunda parte, rechazando a córner un obús de Cristiano Ronaldo y, diez minutos después, resolviendo un mano a mano ante un Morata más motivado que todo el Barça, ya en el último cuarto de hora. El cúmulo de errores de sus compañeros, unido a un claro penalti no pitado por Pérez Lasa en los minutos finales, acabó por desquiciar a Valdés, que explotó con el pitido final y pagó el desapego de su equipo con un árbitro casero, pero no culpable.
Dani Alves: Transferible (3). Si creíamos que el brasileño había recuperado su versión de jugador constante, incansable y vertiginoso de banda derecha, los tres últimos desastres azulgrana se han encargado de devolvernos a la realidad. La moto se ha quedado sin gas. Se ha estropeado, y parece más caro volver a repararla que comprar otra nueva. Lo que antes era un torbellino de energía ahora es pasividad, lentitud, pérdidas de balón, faltas y estatismo. Alves se quedó mirando el centro de Morata a Benzema en el primer gol y no hizo nada para taparlo. Luego fabricó un gran pase en profundidad para el tanto de Messi, pero en la segunda parte volvió a dormirse, a perder infinitos balones y, lo que es peor, a no poner la quinta marcha para recuperarlos.
Mascherano: Menguante (4). Durante un tiempo, Mascherano cuajó buenos partidos de central y se convirtió en un buen 'parche' para tapar un gran agujero en el barco culé. Ahora el parche ya no sirve, la defensa hace aguas y el barco se hunde. Seamos claros: 'Masche' no es central, pero tampoco es centrocampista para el Barça. Ayer le volvieron a ganar la espalda en el primer gol y perdió numerosos balones por su falta de precisión en los balones largos, algo que sin duda no es su especialidad. No logró disipar el peligro creado por el Madrid, y sus limitaciones volvieron a salir a la luz.
Gerard Piqué: Retratado (3). El central azulgrana volvió a tener gran parte de culpa, por segunda vez en una semana, de los goles del Real Madrid. En el primer gol se quedó a medias entre ir a tapar a Morata y marcar a Benzema, y en el segundo dejó que Sergio Ramos le ganara la partida en el córner, tiñendo los tres puntos de blanco. Llegó tarde a los cortes, dejó que Cristiano volviera a sacarle una tarjeta en su primera aparición, estuvo impreciso en los pases en largo y se durmió ante un desmarque de Morata que le dejó solo ante Valdés. Piqué no es ni la sombra del Piqué de los primeros años de la era Guardiola, sino un vil retrato de un jugador irreconocible.
Jordi Alba: Impotente (5). El lateral zurdo del Barça fue la única pieza defensiva que cumplió, presionando constantemente a sus marcas, persiguiéndolas y recuperando algunos balones. Aún así, no tuvo ni mucho menos la profundidad que acostumbra a tener, sin llegar hasta la línea de fondo para sacar centros peligrosos o romper la defensa rival. Alba se contuvo demasiado ante las subidas de Alves, cuando quizás debería haber sido él, y no el brasileño, el que se incorporara al ataque.
Busquets: Estático (4). Al pulpo de Badía le han cortado los tentáculos, o al menos eso pareció ayer. El pivote del Barça recuperó muy pocos balones, distribuyendo con demasiada lentitud el juego azulgrana y siendo muy previsible en cada uno de sus movimientos. Llegó tarde a las ayudas defensivas, perdió algún que otro balón en zonas peligrosas y, aunque firmó detalles de calidad y protegió el balón, no dotó al equipo del equilibrio necesario para enderezar el rumbo.
Thiago Alcántara: Verde (4). Lleva varios años en el primer equipo, ha disputado numerosos clásicos y, sin embargo, el hispano-brasileño no termina nunca de explotar. Muchos detalles para la galería y calidad brasileña al regatear y proteger el balón, pero poca rapidez y precisión en las líneas de pase. Thiago perdió, como de costumbre, un gran número de balones al intentar conectar con sus compañeros, provocando rápidos y letales contraataques madridistas. Su falta de precisión dejó vendido al equipo. El azulgrana deberá dar un gran salto de calidad si pretende, algún día, ser un aceptable sustituto de Xavi Hernández.
Andrés Iniesta: Líder (6). El de Fuentealbilla fue uno de los pocos que jamás se rindió ni le perdió la cara al partido. Ejerció de líder al intentar engrasar las piezas creativas del equipo, distribuyendo rápidamente el balón, intentando encarar a su marca, buscando huecos y abriendo espacios ante un Madrid cómodo ante los pasivos "ataques" del Barça. Estuvo motivado, le puso ganas, ayudó en tareas defensivas y demostró que siente los colores como nadie. Sin embargo, él solo no pudo contra todo un Madrid. Esperemos que no sea, de nuevo, él solo quien tire del carro dentro de diez días, ante el Milan.
Pedro: Insuficiente (3). Lejos quedan los tiempos del mejor Pedro, un futbolista próximo a los veinte goles por temporada, capaz de marcar en las citas importantes y en todas las competiciones. Ahora es tan sólo una sombra que se arrastra por el campo ayudando defensivamente, pero sin crear ningún tipo de peligro con sus desmarques ni llegar a la portería contraria. Es un jugador invisible, perdido en mitad de un flanco de ataque desactivado. Ante el Madrid ni se le vio durante el primer cuarto de hora, y a duras penas durante el resto del partido. Ya no es protagonista. Sólo un mal actor secundario.
David Villa: Desaprovechado (5). Villa desaprovechó ayer una gran oportunidad con el Barça, y el Barça desaprovechó a Villa colocándole demasiado escorado a la izquierda. Aun así, fue uno de los pocos, junto con Iniesta, que le puso ganas al partido e intentó desequilibrar con sus regates y desmarques al espacio. Tuvo una clara ocasión en la primera parte que no logró transformar, y sus conexiones con Messi fluctuaron -de forma intermitente- durante los primeros minutos de juego. En el segundo acto, su presencia desapareció y con ella la sensación de peligro del equipo.
Leo Messi: Desencaminado (4). "Caminante no hay camino, se hace camino al andar". Puede que Antonio Machado tuviera razón, pero desde luego no en términos futbolísticos. Ayer, Messi volvió a caminar durante gran parte del encuentro, sin desbordar ni crear ningún peligro salvo en la jugada del gol, fruto únicamente de su gran calidad técnica, pero no de su motivación y rapidez. Nadie duda que Messi es el mejor jugador del planeta, pero en las últimas citas parece habérsele olvidado que el camino del éxito no se recorre andando, sino corriendo, presionando y desbordando. El argentino deberá reflexionar estos días sobre su actitud, recobrar su hambre y sed de títulos para intentar enderezar el rumbo de un Barça cada vez más hundido.
Los cambios:
Alexis Sánchez: Desterrado (4). La afición ya no quiere a Alexis. Está cansada de un delantero que no sólo no marca goles, sino que tampoco intenta desbordar. Lejos de actuar de extremo izquierdo, ayer el chileno volvió a actuar de cero a la izquierda, sin aportar absolutamente nada y siendo totalmente insignificante en el flanco de ataque azulgrana. Todo indica que saldrá, probablemente este verano, por la puerta de atrás.
Adriano: Valiente (5). El brasileño, que entró en el último tramo del encuentro, le dio algo de sangre al equipo, actuando enérgicamente en sus aportaciones defensivas e incorporándose con peligro al ataque. Saltó motivado y con ganas al terreno de juego, y provocó un claro penalti que Pérez Lasa no se atrevió a pitar.
Cristian Tello: Intrascendente (4). La aparición de Cristian Tello, demasiado tardía, no aportó gran cosa al engranaje del Barça, que continuó igual de oxidado. El canterano apenas tocó uno o dos balones, y no tuvo la oportunidad de desbordar por su banda ni crear peligro. El cambio de Tello debería haberse realizado mucho antes.
El entrenador:
Jordi Roura: Engañado (3). Después del partido que jugaron ayer los azulgrana, el entrenador no puede salir a rueda de prensa y decir que "debemos de estar contentos" con la actitud del equipo, señalando que hasta "podríamos haber puntuado". Somos el Barça, un club grande que, con todo lo que ha vivido en los últimos años, no puede conformarse con un juego tan pobre. Cierto es que Roura no es el primer entrenador, y hasta se podría pasar por alto el hecho de que no esté completamente preparado para un cargo de tan alta responsabilidad. Lo que no puede hacer, sin embargo, es engañarse a sí mismo y a unos aficionados que no son expertos, pero tampoco tontos.