Real Madrid 3, Manchester City, 2. Un partido, muchas respuestas
Pocas veces un partido arroja tantas respuestas, los hechos confirman las palabras y las imágenes hablan por sí solas. El vestuario del Madrid está en llamas.
Viendo a Mourinho celebrando el gol de la remontada ante el City, podemos hacernos una idea de las dimensiones de la crisis que se ha instalado en el vestuario del Madrid. Del "estoy triste" de Cristiano Ronaldo y el "no tengo equipo de Mou", al Sergio Ramos "es el culpable de todo" y el "Casillas ya no celebra los goles". Situaciones que denotan un distanciamiento entre jugadores y entrenador verdaderamente preocupantes.Todos estos capítulos pertenecen a una misma obra, aunque cada uno de ellos tiene vida propia y responde a problemas concretos. El Barça a 8 puntos en Liga, Balones de Oro, renovaciones y economia, entrenadores pirómanos y una larga lista de agravios comparativos...
El Barça se escapa a 8 puntos en Liga
Sin duda es el mayor de los detonantes. Ha provocado que el ambiente en el equipo blanco no sea el adecuado, amplifícando todo lo que ocurre a su alrededor. Si el Barça hubiera pinchado en alguno de sus partidos, la crisis del Madrid no hubiera adquirido tales dimensiones. La comparativa diaria con el eterno rival marca las agendas, para lo bueno... y para lo malo. Estar a 8 puntos del Barça en la jornada 4 duele y mucho, nadie lo esperaba.
Cristiano Ronaldo Balón de Oro
El vestuario del Madrid nunca ha sido un grupo verdaderamente conjuntado, en las últimas temporadas las relaciones entre jugadores y entrenador han descarrilado en infinidad de ocasiones. Lo último que necesitaba ese vestuario era una campaña oficial "Cristiano Ronaldo Balón de Oro", esto supone un agravio comparativo hacia Casillas intolerable desde muchísimos puntos de vista. El portero del Madrid ha hecho méritos más que suficientes -ha ganado lo mismo que Cristiano y es campeón de Europa de selecciones- para recibir como mínimo, el mismo trato que su compañero. Tanto el Club como el entrenador se han posicionado públicamente a favor del portugués, obligando al resto de la plantilla a seguir el guión. Casillas, aunque no esta triste, está enfadado y "tampoco celebra los goles".
Renovaciones, economia y tristeza
Sin duda la renovación de Cristiano Ronaldo es uno de los temas que encendió esta mecha. Al enfado por tener que asistir en primera fila a la entrega del galardón de Mejor Jugador de Europa a un jugador del Barça -otra vez-, le siguió la falta de acuerdo en las cifras de su renovación con el Real Madrid. CR7 ocupa actualmente la posición número 11 de la lista de los futbolista mejor pagados del mundo, algo inadmisible para un tío rico, guapo y mejor futbolista. La respuesta del portugués no se hizo esperar, al siguiente partido cumplió con las supuestas directrices marcadas por su representante, desafío público al club.
Cristiano no celebró los goles y en zona mixta fue en busca de los periodistas para proclamar a los cuatro vientos que "estaba triste y el club ya sabía porque". Cristiano provocó el violento estallido de una crisis que sacudió los cimientos del madridismo. La división mediática era palpable, había comenzado la guerra entre Florentino y su estrella. En defensa del jugador portugués es justo reconocer que la prensa deportiva nunca podrá agradecerle lo suficiente los miles de lectores que proporcionó en pleno parón de selecciones, impagable.
Entrenadores pirómanos y una larga lista de agravios comparativos
Mourinho es un general, un entrenador forjado por y para la guerra, es su habitat natural. La paz reinante en este inicio de temporada entre Barça y Madrid rompe todos sus esquemas, él necesita tener a la tropa encabronada y un enemigo fácilmente reconocible. En este contexto, la salida de Guardiola le ha desubicado, con la marcha del entrenador del Barça ha perdido su gran punto de referencia. Además, el "amiguismo" público Xavi-Casillas altera su guión, reduciendo drásticamente el ruido y eficacia de su discurso belicista.
La continua puesta en escena del "gano yo, pierde el equipo" ha cansado de sobremanera a algunos jugadores del equipo. Las críticas en rueda de prensa y el famoso "no tengo equipo" pasan factura de manera irremediable. Sobretodo cuando no trata igual a los unos que a los otros, el bando portugués goza de total inmunidad, da igual que Cristiano raje en público o no celebre los goles, para él no hay castigo ni llamada al orden. En el bando español todo es un poco más difícil, si te llamas Sergio Ramos y respondes al jefe, vas al banquillo de cabeza... ¿Por qué?