Hay silencios que se agradecen. Hablo de los que evitan el sonrojo o la vergüenza ajena. Mourinho y Clemente lo practican con cierta asiduidad, sobretodo el primero y aunque comercialmente hablando, suponga un lastre de incalculable valor para la LFP, para los que buscamos en el fútbol un patrón social, se agradece.
No me tomen por un insensato. Se perfectamente que la motivación de uno y otro dista del reconocimiento a su propia zafiedad. Ellos callan como medida opresora y a la vez reivindicativa. Ejercen su derecho al mutis para expresar su descontento con la crítica o los estamentos que rigen la competición. Sin embargo, visto lo visto o mejor dicho, oido lo oido, es preferible asumir egoistamete su inconsciencia a seguir soportando sus impertinencias grotescas.
Los subalternos toman el protagonismo y la prensa se hace cruces. Los titiriteros manejan los hilos desde la distancia mientras lacayos caseros practican un playback de hombreras y abanicos gigantes. El mundo del fútbol se transforma, pero no evoluciona.
Por desgracia pienso que durará poco, lo de la mordaza voluntaria digo. Cuando estos dos individuos crean que su afonía pierde el efecto deseado, volverán a la carga. Regresará la difamación gratuita, el descalificativo facilón, la acusación velada o el insulto directo. La cabra siempre tira al monte y estos dos fakes son muy campestres.
Lo que más le sorprende a un servidor que les habla, no es la desvergüenza de los cabestros en cuestión, sino la actitud pasota de los que manejan este cotarro. Hablo de los propios clubes, los medios de comunicación, la Liga que da cobijo a todo este circo y la RFEF. Y me sorprenden dos cosas:
-La primera, que se le permita a cualquier granuja decir lo que le apetezca, con el prejuicio que ello pueda conllevar tanto a la competición como a su propio club.
-La segunda, que no haya un protocolo bien estructurado y regulado que legisle cual y cómo debe ser el comportamiento de los profesionales que viven de este espectáculo.
En resumen, que para los que se ganan la vida con esto, debería ser obligatorio no solo ofrecer declaraciones, sino que las mismas, aún defendiendo sus intereses, tuvieran un sentido éticamente correcto. Creo que es lo mínimo que se le debe exigir a una actividad tan socialmente icónica como esta.
Publicado por EBV - @Banquilleros