Juglares desmemoriados

Cuando la memoria se hace selectiva, abochorna. Le pasa mucho a Relaño, un periodista de verso fácil y vergüenza escasa. En su columna de opinión se acuerda de Starks y no de Benquerença. No es el único que sufre este mal tan poco piadoso. En realidad afecta a casi todo aquel que habla de fútbol en este país que es España. Me pasa a mí. La diferencia estriba en que yo no me gano el pan con esto y ellos sí.

La responsabilidad de contar lo que pasa obliga a la objetividad más absoluta. El periodista debería ser testigo neutro y no juez y parte, al menos mientras el sesgo sea tan evidente. ¿Y la opinión? Restringida para aquel que da muestras de criterio y sensatez “rara avis” si hablamos de este gremio.

No, los periolistos de hoy en día gustan de inmiscuirse y decir la suya; pasan de ser relatores a protagonistas. Buscan con desesperación notoriedad inmerecida. El periodista se ha convertido en juglar, charlatan que entretiene a la plebe en las encrucijadas de este tortuoso camino que es la vida. Caricaturistas, saltimbanquis, prestidigitadores de la información.

Algunos de estos juglares luchan con todas sus fuerzas por convertirse en trobadores, poetas compositores de obras perennes. Ilusos. De esos quedan pocos, Uría, Segurola y poco más. Genios que se inspiran en un mundo mercantilista para exprimir zumo futbolístico. Soldados camuflados en las trincheras del periodismo más comercial. Están en peligro de extinción, aviso.

Se preguntaran ustedes a que viene todo este galimatías conceptual. Llámenlo inspiración matutina o sencillamente necesidad de expresar la decepción que siente uno cada vez que un desaprensivo con pluma gruesa despelleja lo que es verdad, para convertirlo en SU verdad.

Y es que puedo soportar e incluso entender que los actores principales carguen contra los promotores y organismos reguladores; lo que nunca admitiré es que aquellos que debieran abrirnos los ojos con argumentos y hechos, disfruten amordazando a los valientes que alzan la voz mientras sin disimulo tapan nuestros ojos con con esa venda llamada inopia.

Publicado por EBV - @Banquilleros