El Clásico: Barça 1, Real Madrid, 2. Nos deben una, y éstos no fallan

Barça 1, Madrid 2. Decepcionados, inquietos y con una extraña sensación en el estómago. Así es como miles de culés se han despertado esta mañana de una pesadilla inesperada pero muy real, que a su vez se ha encargado de dinamitar las mínimas esperanzas que quedaban de luchar por un título de Liga ya inalcanzable. Y entre toda la desilusión, pesar e impotencia que compartimos con la almohada, una reflexión: que quizás nuestro mayor error fue dar por ganado el Clásico semanas antes del pitido inicial, y creer que los jugadores a los que adoramos volverían a obsequiarnos con otra manita en el Camp Nou.

Nada más lejos de la realidad. Incluso el mejor equipo de la historia puede perder, y es entonces cuando más necesita el apoyo de sus aficionados para volver a levantarse, aprender de los errores y analizar qué es lo que se ha hecho mal. El sábado fueron muchas las cosas que no se hicieron de la forma correcta y no encajaron en nuestro entendimiento, empezando por las piezas del rompecabezas. Y es que la alineación que presentó Guardiola no dejó indiferente a nadie: una defensa de tres liderada por Mascherano, Adriano y Puyol; un centro del campo de cuatro con la sorprendente presencia de Thiago y una delantera formada por Messi, Tello y Alves, que servía de comodín por la banda derecha. Si bien el dibujo táctico para no fue una sorpresa, sí que fue incómodo para la vista el ver a  jugadores de la talla de Cesc, Piqué, Pedro y Alexis fuera del once titular en un partido de tanto calibre; nada más y nada menos que un Clásico donde te estás jugando la Liga.

Puede que Pep Guardiola estuviera pensando en reservar jugadores para el encuentro del próximo martes ante el Chelsea. Pero, ¿se puede reservar a alguien en un partido así? La realidad es que el Barça se vio atascado -al menos durante toda la primera parte- a la hora de salir jugando con el balón controlado desde la defensa, con poca fluidez en la circulación, un juego estático e imprecisiones en las líneas de pase que trascendían en pérdidas peligrosas muy cerca del área azulgrana. Como no se conseguía pasar a campo contrario con el balón controlado, la conexión del centro del campo -muy poblado pero con poco protagonismo- con  la línea ofensiva del Barcelona se vio completamente obstuida, provocando que Messi tuviera que bajar demasiado para recibir.

Resultó extraño, por tanto, que Piqué estuviera todo el partido en el banquillo cuando lo que hacía falta era salida de balón, cuando también estuvo ausente en Stamford Bridge y cuando Mascherano, que ya lleva unos cuantos partidos seguidos jugando de titular, era el que más descanso necesitaba. Lo de Cesc y Pedro, aunque sean casos aparte -por su rendimiento en los últimos partidos-, también llama la atención, mientras que la suplencia de Alexis, con molestias, era la única justificada. Sea como fuere, la jugada no le salió bien a un Guardiola posiblemente arrepentido, que debería haber dicho al barcelonismo: "Lo siento mucho. Me he equivocado, no volverá a ocurrir".

Pero lo que está hecho ya no se puede cambiar, y hay que levantarse, encajar el golpe y seguir apartando piedras del camino. Sólo si remamos todos juntos llegaremos a la orilla; los éxitos, los instantes y las lágrimas de felicidad que estos jugadores -y el mejor entrenador del mundo- nos han regalado hacen que nuestra confianza en ellos sea no pueda decaer nunca. Las casi cien mil almas azulgranas, presentes el sábado en el Camp Nou,  justifican con sus cánticos de apoyo que ahora, y siempre, llevaremos al Barça en el corazón y nos sentiremos orgullosos de formar parte de este club. 

El duro trabajo realizado durante el año nos permite seguir soñando, y aún tenemos que recoger los frutos. Como dice el dicho, más vale título en mano que ciento volando. Uno de ellos ya ha volado, pero nuestra ilusión por terminar la temporada con cinco trofeos en la galería aún no. Y aunque no sea así, ¿qué más da? Es ahora cuando debemos estar todos juntos. Por los jugadores, por Guardiola, por Abidal y por todo lo que nos han dado y seguirán dando. Somos más que un club y ahora, más que nunca, "Tots units fem força".


Publicado por Carlos Domínguez