El partido estuvo claramente condicionado por el resultado cosechado en la ida. El 0-0 encorsetó a los azulgrana que no estuvieron cómodos en ningún momento del partido. El miedo a encajar impidió a los pupilos de Guardiola desarrollar sobre el impecable césped del Camp Nou, el fútbol de salón al que nos tienen acostumbrados. Y eso que Pep puso en liza a los virtuosos de este equipo. El míster finalmente pudo contar con Cesc y Xavi de inicio.
El de Santpedor, valiente, salió con un 3-4-3 claro. Valdés en la puerta, Mascherano, Piqué y Puyol en defensa. Busquets, Iniesta, Xavi y Cesc en la medular. Cuenca y Alves en los extremos y Messi como falso delantero centro. Por su parte, Allegri apostó por el mismo once de la ida, salvo la incursión en el lateral diestro de Abbate.
El partido transcurrió por los cauces previstos. El Milán aglutinando mucha gente atrás y protegiendo sus pasillos interiores a cambio de ofrecer cierta libertad en bandas. Tras recuperación, balonazo arriba para el control de Ibra, la recepción de Seedorf y la velocidad de Boateng y Robinho. He de decir que el Milan me ha gustado en los dos partidos de esta eliminatoria. Saben a lo que juegan, tienen un estilo definido y creo que si persisten en su idea futbolística con la contratación de jugadores que se adapten a este perfil, es candidato a futuras ediciones de esta competición.
La táctica le funcionó a los de Allegri. El Barça excesivamente errático en el pase, regaló suficientes balones como para poner en apuros la portería de Valdés. Los blaugranas intentaban con cabezonería enhebrar una aguja sin agujero y eso lo aprovechó bien el equipo visitante para inquietar a la afición local. Iniesta y Cesc estuvieron muy desaparecidos en estos primeros minutos. Solo Cuenca, todo atrevimiento y verticalidad y Alves, estuvieron a la altura de lo esperado. Busquets el mejor del centro del campo. Lección táctica del de Bahia. No es la primera. Baja cuando tiene que bajar para realizar las coberturas y ejerce de ancla cuando el equipo sube al ataque. Atrás, Mascherano sobresalía en una defensa excesivamente blanda y permisiva en los controles de Ibra, hoy de nuevo insuperable en el juego de espaldas a portería.
No obstante, la primera ocasión clara estuvo en los pies de Messi que de forma incomprensible disparo ante Abbiati muy desviado. Este es otro de los problemas actuales del Barça, nos falta instinto asesino. Perdonamos ocasiones clarísimas que nos permitirían encarar los partidos con mucha más tranquilidad. Hoy Messi, Thiago y Adriano fallaron oportunidades imperdonables. Así no se ganan Champions.
El primer gol llegó de penalty. Antonini resbala más de la cuenta y avasalla a Messi. No hay discusión. El argentino, con frialdad, marca su primer tanto de la noche. El partido seguía igual, el Barça espeso y el Milan creando peligro a base de contras rápidas y cogiéndonos en inferioridad debido a la posición adelantadísima de Alves. En una de esas marcó el Milán su gol. Ibra recibe de espaldas en el borde del área, ve la incorporación de Noccerino por la derecha, asistencia de lujo y el italiano no perdona ante la salida de Valdés. El error es de Mascherano que persiguiendo a un rival rompe el fuera de juego.
El 1-1 hizo daño. Si estabamos empanados, el empate acabó de agravar la situación. El Milan crecía y el Barça no se encontraba a sí mismo. Fue el árbitro, mejor dicho, Nesta quien nos rescató tras un agarrón clarísimo sobre Busquets dentro del área. Supongo que los italianos, tras lo sucedido en Milan, pensaron que esto era jauja. Alguien en la UEFA tenía mala conciencia tras lo visto en la ida, eso está claro. Sea como fuere Messi anotó la pena máxima.
En la segunda parte el discurso se mantuvo. El Barça sabedor que esta no era la noche ideal para florituras, se dedicó a tratar de controlar el partido permitiéndose alguna incursión en ataque merced a errores graves del Milan en la circulación o la salida de balón desde atrás. El equipo llegaba, Cuenca recibía, pero cuando centraba, la segunda línea no aparecía para el remate. Faltó punch y empuje.
Alves definitivamente volvió a su posición de lateral, aportando mucha más seguridad a la zaga. El Milán apretó las tuercas, dificultando la salida de balón. Casta y orgullo de un clásico europeo.
Por fin en una jugada bien trenzada por los culés, el balón llega a los pies de Messi. El argentino chuta, el esférico rebota en un contrario, Iniesta recibe, encara y bate por bajo a Abbiatti. Partido y eliminatoria sentenciada.
Hasta el final control del Barça y un Milan fundido.
Repito, partido de suficiente. Ante el Chelsea toca espabilar. Creo que un resultado con goles en Milan hubieran permitido ver un Barça más suelto. ya se sabe, los equipos se juegan mucho a estas alturas de temporada y es normal que este tipo de partidos se disputen con muchas reservas y miedos. Aún así no podemos obviar que el Barça ha sumado la friolera de 32 tiros a puerta en el total de la eliminatoria, así que el pase es merecido.
Señores, estamos en semis. Un año más, el Barça es el rival a destronar. Disfrútenlo.
Publicado por EBV - @Banquilleros