Las conspiraciones fantasmas

Los fantasmas llevan siempre una sábana blanca. O al menos esa es la imagen que ha quedado en el imaginario colectivo. Al parecer, el origen de tal representación está en el sudario con el que tradicionalmente se envolvían los cadáveres. Blanco era símbolo de pureza, y los fallecidos pasaban a la otra vida envueltos en pureza. ¿A qué viene esta introducción? A que en el mundo del fútbol existen otro tipo de fantasmas, también envueltos en un sudario blanco. Los enterradores son ahora periodistas, eso sí, reporteros, por llamarles algo, entregados a la causa de un equipo que también viste de blanco. Pero ese blanco ya no es un símbolo de pureza, sino más bien un emblema de comportamientos viles y rastreros.

Pero da igual. Estos autodenominados periodistas pretenden justificar los comportamientos de algunos miembros del club que se empeñan en defender, o les pagan por ello, que dicen las lenguas viperinas de por ahí. Y la justificación es etérea, intangible, indemostrable, proveniente de unas fuentes vagas o sin identificar. Ya lo hicieron con las acusaciones no tan veladas de dopaje. Luego llegaron las supuestas palabras que Piqué dedicó a "los españolitos", que el implicado negó públicamente pero que nadie más confirmó. Salvo el periodista de pacotilla de turno, claro.

Fantasmas, siempre fantasmas.

Y ahora se está vendiendo la idea de que previamente a la "metedura de dedo" de Mourinho, a la entrada brutal de Marcelo, al rifirafe entre Villa y Özil, hubo provocaciones continuas al banquillo madridista. Que Guardiola y Vilanova insultaron gravemente a componentes de dicho banquillo. Algo que si fuera verdad sería obviamente criticable y reprobable, denunciable y sancionable.

Pero la cuestión es que mientras las imágenes del comportamiento del Real Mourinho (ex-Real Madrid) han dado la vuelta al mundo una y otra vez, resulta que de ese supuesto comportamiento indebido de técnicos culés no hay nada. Ni siquiera ha aparecido ningún representante oficial del equipo madrileño para denunciarlo. ¿Para qué? Para eso están los conatos de periodista, dispuestos a publicar cualquier cosa que proteja los intereses de su equipo. Sí, de su equipo. No de su periódico, no de su dignidad como periodistas, no de la verdad que siempre debería ser el objetivo de la prensa.

No se menciona a nadie. No se dice que fulanito de tal les ha dicho que fue insultado. Ese fulanito de tal no sale a la palestra denunciando los insultos. Sencillamente se habla de unas borrosas "fuentes del club blanco" y ya está. Los aficionados más fanáticos del equipo blanco, esos que se niegan a que se les caiga la cara de vergüenza por la actitud de componentes de su club (al reves que otros que sí están avergonzados, algo que les honra), se ven justificados. De repente, el comportamiento de los Mourinho & Co. tiene sentido.

Que quede constancia de que si las acusaciones a Guardiola y Vilanova son verdaderas, soy de los primeros culés en repudiarlas, en avergonzarme de ellas y en exigir responsabilidades. Pero como la información viene de quien viene, con las fuentes "fiables, contrastadas y veraces" acostumbradas, y sin ninguna prueba evidente que la corrobore, me seguiré fiando de las pruebas evidentes que vi. Repudio la tangana final, me fio del árbitro que sancionó a Villa con tarjeta roja y por ello me avergüenzo del comportamiento del delantero asturiano... pero por lo mismo, me da asco la actitud de Pepe, de Marcelo y sobre todo de Mourinho.

Mientras las provocaciones denunciadas en la prensa madridistas sean solo fantasmas, entes intangibles que sólo ellos han visto, creído ver, o, lo mas grave, querido ver, las cosas están claras.

Menos para ellos, claro.

La botica de Jordiasturies, Tant se val d'on venim