Escrito por Miguel  | El Banquillo Visitante

Todavía no se sabe el alcance exacto de esta nueva moda en el fútbol continental, pero si algo queda claro es que el impacto ya está hecho. El dinero generado por los petrodólares han generado fortunas nacientes, y las consecuencias de ello han acabado por salpicar al deporte, preferentemente al fútbol.

Los jeques y grandes magnates han irrumpido en la esfera del deporte rey. El perfil es simple y clarividente: hombres de poder con mucho dinero, con poca o nula idea del concepto fútbol, que compra un club de balompié e invierte millones en fichajes estelares que le den otro aire a la estructura del equipo. Han afectado a países como Rusia o Rumanía en un principio, para terminar llegando a países con gran tradición futbolística como Inglaterra o España.

Distintos tipos hemos visto a lo largo de los años: los que llegan a mejorar notablemente a un equipo -léase Roman Abramovich-, los que ejercen de déspotas y tiranos -como el ínclito Dimitri Piterman- o los que de verdad se apoyan en expertos dada su poca valía como DT -por ejemplo, el jeque que rige el Málaga C.F. Pero, ¿se está desvirtuando la competición? Para los equipos con menos recursos, es un peldaño más a escalar.

En mi modesta opinión, el Málaga no va a tener ningún problema para salvarse del descenso, e incluso situarse en una posición cómoda. Cierto es también que el efecto puede volverse contra el equipo, como le ocurre al Blackburn Rovers de Míchel Salgado, que han caído en el hoyo tras la intervención del nuevo mandatario máximo. Claro está que existe un elemento distorsionador que desluce la imagen de la competición, y del propio equipo afectado. Por la experiencia mostrada en el planeta fútbol, se pueden sacar conlusiones positivas y negativas.

El Chelsea sufrió una mutación, pasando a ser todavía más odiado que antes simplemente por pertenecer a dicho barrio de Londres. Pero volvió a ganar títulos y recuperar su status de grande de la Liga Inglesa. El efecto en el Manchester City está por ver (en cuanto a retribuciones con títulos), pero su plantilla es digna de estar entre los aspirantes a todo este año. En el lado opuesto, grandes lumbreras como Piterman hicieron temblar los cimientos de Mendizorroza, y dieron las directrices necesarias para dejar a equipos como aquel Alavés a las puertas de la 2ªB. También tenemos el ejemplo de los propietarios del Liverpool, que va a la deriva desde hace tres años gracias a la inexistente confianza que los dueños estadounidenses depositaron en Rafa Benítez.

Estas últimas semanas se rumorea la introducción de un nuevo inversor para la pronta salvación del Real Oviedo, algo que todavía está por ver. La duda con este asunto es si, en tiempos de crisis económica, lo mejor que le puede ocurrir al fútbol es la irrupción atropellada de estas nuevas franquicias. ¿Se pierde la esencia del fútbol de otro tiempo? Cabe recordar que el mercado está roto desde el verano de 2009, cuando Florentino Pérez (otro que tal baila) realizó los dos de los fichajes más caros de la historia: Kaka' y Cristiano Ronaldo.

No es cuestión de rentabilidad futbolística, lo que depende mucho y no es estudiable, sino de honradez, juego limpio y competitividad; algo que en España no existe.

Un artículo de tunantes deportivos En Twitter: @MikeMaestre o en @Banquilleros
Escrito por Miguel  | El Banquillo Visitante