No nos van a creer
2010-12-19
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Escrito por Miguel Angel | El Banquillo Visitante
Será mejor que guardemos los partidos de este Barça en dispositivos electrónicos bien fiables. No dejen por ahí abandonados los DVD’s de la final de Roma, del gol de Iniesta en Stamford Bridge, del 2-6 en el Bernabeu, de las manitas de esta temporada… Vamos a necesitar todo un arsenal de videoteca para que nuestros nietos nos crean.
Va a ser muy difícil explicar a generaciones venideras que nosotros vimos jugar al Barça de Guardiola, el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos. Porque a ver cómo les explicamos a nuestros nietos cuando los sentemos en nuestras rodillas que nosotros tuvimos el privilegio de ver circular el balón a una velócidad de vértigo y con una verticalidad apabullante para todos los rivales. Cómo poder explicar que en nuestras filas había un pequeño genio argentino que era el mejor con el balón controlado, que era delicioso dando asistencias, que tenía el gol en las venas, que nos regalaba maravillas partido sí y otro también.
Será imposible explicar que había un tímido egarense que era capaz de atesorar todo el secreto del fútbol en sus botas y sobre todo en su cerebro privilegiado. Que el tempo del fútbol no existía antes de él, que si no inventó el fútbol de “tiki-taka” anduvo muy cerca de descubrirlo. Será curioso ver sus caras de perplejidad cuando les contemos que en nuestro equipo disfrutaba del fútbol un jugador muy blanquito, nacido en Fuentealbilla que era capaz de poner en pie el Camp Nou con su tremenda calidad pero que además era capaz de provocar ovaciones y la admiración de la más virulenta de las aficiones rivales. Y que ese blanquito tenía como mejor amigo a un portero “chuleta” que tuvo la mala suerte de que unos inicios titubeantes no dejaran al orbe futbolístico reconocerlo como el mejor del planeta. Que con pinta de chulo de los autos de choque convirtió nuestra portería en un fortín inexpugnable.
Será interesante ver como acertamos a explicar que el hijo de un portero mediático y malo del Barça consiguió convertirse en el guardia urbano de nuestro fútbol. Que era capaz de distribuir el futbol con una facilidad pasmosa mientras también “robaba” balones con esa misma soltura. Sus ojos se abrirán como platos cuando les contemos que tuvimos un lateral derecho, rápido cual velocista, incansable cual maratoniano y cuya influencia en el fútbol ofensivo era mayor a la de la mayoría de delanteros de otros equipos.
Cuando ya no sean capaces de encajar más maravillas les hablaremos de un defensa con pinta de modelo publicitario, gamberro como Bart Simpson pero elegante como nadie en la historia a la hora de sacar el balón jugado desde la defensa. Y cuando añadamos que en ocasiones se sumaba al ataque incluso para cerrar un histórico set en el Bernabeu, esbozarán una sonrisa de incredulidad cariñosa para el abuelo.
Quizás una de las cosas que más trabajo nos costará explicar es que un canario de nombre apostólico, tímido, poco dado a los halagos y trabajador stajanovista, tenía una relación especial con el gol. Fue el primer jugador de la historia en marcar en todas las competiciones europeas en las que participó su equipo en una misma temporada y muchos seguían preguntándole “¿Tú quien eres? Nos apresurarán a que terminemos con nuestras batallitas cuando les hablemos del corazón de nuestro equipo. Ese tipo recio y puro pundonor que jamás ahorró un gramo de esfuerzo defendiendo nuestra zamarra.
Tratarán de que no continuemos “mientiendo” cuando les narremos cómo besó el escudo tras perforar la meta blanca en su santuario. Y tomaran como una leyenda más cuando glosemos las virtudes de aquel mediocentro que se convirtió en el mejor entrenador de nuestra historia. De aquel que sin una mala palabra para ningún rival y ejemplo de caballerosidad inventó un nuevo fútbol. Un genio elegante que cambió para siempre la forma de concebir el fútbol que todos teníamos hasta entonces. Aquél que demostró que si das importancia al valor, si consideras que la forma que trates de llegar al triunfo es tan importante como el triunfo en sí, no habrá reto que no seas capaz de encarar y salir victorioso.
Va a ser muy difícil, sí. No nos van a creer nuestros nietos cuando nuestra memoria trate de hacer justicia al equipo que nos está haciendo disfrutar de los mejores momentos futbolísticos del club azulgrana. Tratad de recordar cada detalle, cada gambeta, cada pared, cada gol, cada pase al hueco, cada triangulación vertiginosa, cada salida de balón jugado, cada parada inigualable, cada asistencia mágica… porque somos unos privilegiados por poder vivir esto, tendremos la obligación de contarlo
Escrito por Miguel Angel | El Banquillo Visitante
Será mejor que guardemos los partidos de este Barça en dispositivos electrónicos bien fiables. No dejen por ahí abandonados los DVD’s de la final de Roma, del gol de Iniesta en Stamford Bridge, del 2-6 en el Bernabeu, de las manitas de esta temporada… Vamos a necesitar todo un arsenal de videoteca para que nuestros nietos nos crean.
Va a ser muy difícil explicar a generaciones venideras que nosotros vimos jugar al Barça de Guardiola, el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos. Porque a ver cómo les explicamos a nuestros nietos cuando los sentemos en nuestras rodillas que nosotros tuvimos el privilegio de ver circular el balón a una velócidad de vértigo y con una verticalidad apabullante para todos los rivales. Cómo poder explicar que en nuestras filas había un pequeño genio argentino que era el mejor con el balón controlado, que era delicioso dando asistencias, que tenía el gol en las venas, que nos regalaba maravillas partido sí y otro también.
Será imposible explicar que había un tímido egarense que era capaz de atesorar todo el secreto del fútbol en sus botas y sobre todo en su cerebro privilegiado. Que el tempo del fútbol no existía antes de él, que si no inventó el fútbol de “tiki-taka” anduvo muy cerca de descubrirlo. Será curioso ver sus caras de perplejidad cuando les contemos que en nuestro equipo disfrutaba del fútbol un jugador muy blanquito, nacido en Fuentealbilla que era capaz de poner en pie el Camp Nou con su tremenda calidad pero que además era capaz de provocar ovaciones y la admiración de la más virulenta de las aficiones rivales. Y que ese blanquito tenía como mejor amigo a un portero “chuleta” que tuvo la mala suerte de que unos inicios titubeantes no dejaran al orbe futbolístico reconocerlo como el mejor del planeta. Que con pinta de chulo de los autos de choque convirtió nuestra portería en un fortín inexpugnable.
Será interesante ver como acertamos a explicar que el hijo de un portero mediático y malo del Barça consiguió convertirse en el guardia urbano de nuestro fútbol. Que era capaz de distribuir el futbol con una facilidad pasmosa mientras también “robaba” balones con esa misma soltura. Sus ojos se abrirán como platos cuando les contemos que tuvimos un lateral derecho, rápido cual velocista, incansable cual maratoniano y cuya influencia en el fútbol ofensivo era mayor a la de la mayoría de delanteros de otros equipos.
Cuando ya no sean capaces de encajar más maravillas les hablaremos de un defensa con pinta de modelo publicitario, gamberro como Bart Simpson pero elegante como nadie en la historia a la hora de sacar el balón jugado desde la defensa. Y cuando añadamos que en ocasiones se sumaba al ataque incluso para cerrar un histórico set en el Bernabeu, esbozarán una sonrisa de incredulidad cariñosa para el abuelo.
Quizás una de las cosas que más trabajo nos costará explicar es que un canario de nombre apostólico, tímido, poco dado a los halagos y trabajador stajanovista, tenía una relación especial con el gol. Fue el primer jugador de la historia en marcar en todas las competiciones europeas en las que participó su equipo en una misma temporada y muchos seguían preguntándole “¿Tú quien eres? Nos apresurarán a que terminemos con nuestras batallitas cuando les hablemos del corazón de nuestro equipo. Ese tipo recio y puro pundonor que jamás ahorró un gramo de esfuerzo defendiendo nuestra zamarra.
Tratarán de que no continuemos “mientiendo” cuando les narremos cómo besó el escudo tras perforar la meta blanca en su santuario. Y tomaran como una leyenda más cuando glosemos las virtudes de aquel mediocentro que se convirtió en el mejor entrenador de nuestra historia. De aquel que sin una mala palabra para ningún rival y ejemplo de caballerosidad inventó un nuevo fútbol. Un genio elegante que cambió para siempre la forma de concebir el fútbol que todos teníamos hasta entonces. Aquél que demostró que si das importancia al valor, si consideras que la forma que trates de llegar al triunfo es tan importante como el triunfo en sí, no habrá reto que no seas capaz de encarar y salir victorioso.
Va a ser muy difícil, sí. No nos van a creer nuestros nietos cuando nuestra memoria trate de hacer justicia al equipo que nos está haciendo disfrutar de los mejores momentos futbolísticos del club azulgrana. Tratad de recordar cada detalle, cada gambeta, cada pared, cada gol, cada pase al hueco, cada triangulación vertiginosa, cada salida de balón jugado, cada parada inigualable, cada asistencia mágica… porque somos unos privilegiados por poder vivir esto, tendremos la obligación de contarlo
Escrito por Miguel Angel | El Banquillo Visitante