La imagen de Guardiola enzarzándose tras el encuentro de Champions con Solbakken, ya ha dado la vuelta al mundo. Es lo que tiene ser el entrenador de un transatlántico del fútbol como es el Barça. Desde luego no es una imagen constructiva para nadie. No lo es para Guardiola, que poco a poco va perdiendo adeptos por el camino merced a su humildad exagerada al extremo y sus salidas de tono desde el banquillo en momentos de tensión e incertidumbre en el resultado.

Tampoco lo es para el Barça, un club que viene distinguiéndose en los últimos años por un comportamiento exquisito, dejando aparte claro está el tema de los aspersores de la temporada pasada, aunque ojo, Mourinho se lo ganó a pulso teatrerizando y exagerando al límite su pase en la eliminatoria. Vamos, que si tu no eres un señor, no puedes esperar que los demás lo sean.

Ayer Pep se equivocó en los tiempos, no en el fondo del asunto. El míster, al finalizar el partido y mientras ambos equipos se dirigían al túnel de vestuarios, aprovechó el saludo protocolario con el entrenador rival, para amonestarle por sus palabras durante la semana pasada hacía Pinto, al que consideró como la manzana podrida del Barça ( Todo viene por lo del silbido del Nou Camp).

Hizo bien Guardiola en defender a su pupilo. Es más, acertó en hacerlo públicamente, una muestra más de su cercanía y proteccionismo para con su plantilla. Sin embargo el momento no fue el adecuado. Protagonizar esa pantomima una vez finalizado el encuentro, tras un empate ridículo y después de haber sido superado por el rival en una segunda parte para olvidar, puede ser catalogado como una pataleta infantil, un "nos vemos después del cole" en toda regla que no hace sino evidenciar tu impotencia y rabia malcontenida tras un fracaso inesperado.

Debió replicar a Solbakken en la rueda de prensa previa al partido o en privado, siempre antes del encuentro. Hubiera sido más lógico, hubiera sido más elegante y seguro que el espectáculo hubiese sido menos lamentable.

Sí, otro día dando caña a Pep, un entrenador como la copa de un pino. Un técnico que ha devuelto a este equipo el lustre de antaño. Que quieren que les diga, supongo que no quiero que por culpa de cuatro salidas de tono, unos y otros me lo conviertan en un Mou de la vida. Sería injusto.

PD: A todo esto decir que no criticar al técnico rival no significa darle la razón. El noruego es un impresentable de los pies a la cabeza. Un tarugo y un cabeza de membrillo aparte de un maleducado, como demuestra su Fuck you a Busquets cuando intentaba mediar entre ambos. Quizá por eso me molesta enormemente que Pep se haya llenado de barro hasta las trancas innecesariamente.



Escrito por Damsam  | El Banquillo Visitante