Primero dividieron al barcelonismo con una “due diligence” que no ha demostrado más que algunos excesos y una mala gestión final. Siguió a todo esto la querella contra la anterior junta, que no era la primera pues Ingla ya se llevó otra hace algún tiempo, al igual que Laporta a título individual poco antes.

El objetivo de todo ello, desprestigiar a Laporta y los suyos, a sabiendas que poco pueden hacer en cuanto a títulos. Todo ello orquestado con un trasfondo político. Ahora, sin embargo, las tornas se están cambiando.

A la queja de los socios por no poder ver la “due diligenge”, ahora se suman dos noticias más que tiran al traste la supuesta transparencia y savoir faire de la nueva junta. Supuestamente, la junta ya tiene un chivato. Un personaje que informa a la caverna mediática y que es quien se encarga de llevar el mal rollo a can Barça (es la única manera que tienen los del centro para vencernos). Sin duda, algo inesperado pero totalmente posible en una junta que solo ha sido noticia gracias a la polémica. La segunda novedad del día recae sobre el futuro de Ibrahimovic. Según los nuevos informes, el Milan no estaría obligado a comprar a Ibra, con lo que todos esos números que para Rosell y compañía han servido para justificar unas pérdidas de 40 millones de euros no sirven de nada. Los italianos podrían comprar a Ibra, pero también podrían no hacerlo.

En fin, una muestra más que el agua en el FC Barcelona no baja limpia. Y ahora la culpa la tiene únicamente la nueva junta. ¿O también la tendrá la anterior?