Empezó pitado y abucheado y acabó siendo aplaudido. Pero durante todo el partido el defensor azulgrana no se dejó influir por el ambiente y cuajó un gran encuentro. Tras finalizar el encuentro y ante la presencia de un aficionado, Piqué no dudó en hacerse una selfie junto a él
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No hay mejor jugador que aguante una situación tan dura con la selección española como Gerard Piqué. El defensa catalán volvió a ser pitado por tercer partido consecutivo como local con España, esta vez ante Luxemburgo en la victoria por cuatro goles a cero del combinado dirigido por Vicente del Bosque. En esta ocasión, y al igual que ante Eslovaquia en Oviedo, un sector más amplio de personas aplaudieron y vitorearon al defensor, el cual dejó el mejor detalle para el final del encuentro.
Después de vencer a la débil Luxemburgo un joven aficionado saltó al Nuevo Las Gaunas y se fue directo a por el central del Barça. Éste le pidió a Gerard hacerse una foto junto a él a lo que el defensor aceptó sin ningún problema. De hecho, fue el porpio Piqué quien pidió al hombre de seguridad que le dejará realizar la instantánea junto a el muchacho.
Un gesto de auténtico crack después de todo lo que había vivido y que demuestra lo que realmente le importa a Piqué que le silben con la selección: un pimiento. Lo más normal hubiese sido rechazar cualquier petición de fotografía o autógrafo después de vivir otra situación como ésta, pero el catalán está hecho de otra pasta y siempre que puede trata de contentar a toda la afición.
Tal y como hizo justo antes de la fotografía con un aficionado que se encontraba en las gradas. Allí una pancarta le pediía su camiseta. Él se acercó y de buen gusto se la regaló con una sonrisa, después, ante la prensa destacó que "no he tenido ningún problema en dársela, como hago siempre que puedo y hay un buen resultado". Los aficionados que se encontraban cerca le aplaudieron y le mandaron ánimos, algo que, seguramente, no necesita.