El entrenador del FC Barcelona, Luis Enrique, está causando una gran revolución interna en algunos aspectos que en los últimos años habían sido "tema tabú" en el equipo culé, desde la competitividad de la portería hasta la continua presencia de un "nueve" en el once
Luis Enrique no se corta, y menos cuando tiene la oportunidad de implantar un estilo propio en un equipo con una forma de jugar ya asimilada desde hace décadas como es el FC Barcelona. El técnico asturiano ha aterrizado en el banquillo culé no para causar una auténtica revolución en el juego de toque y posesión azulgrana, pero sí para llevar a cabo pequeñas pinceladas que logren mejorar la efectividad del juego y desengrasar todavía más los engranajes. "Yo soy el líder en mis equipos", dejó claro Luis Enrique a su llegada al banquillo del FC Barcelona, asegurando que el equipo jugaría "al ataque, atractivo y efectivo". "Si no estás al nivel, hay que cambiar".
Desde entonces, el asturiano está cumpliendo sus promesas y ha establecido nuevas estructuras que modifican algunos "temas tabús" en los últimos años, como por ejemplo la competitividad existente entre nada más y nada menos que tres guardametas de nivel en la portería. Bravo ha empezado siendo el titular en Liga por las lesiones de Ter Stegen y Jordi Masip (en teoría tercer portero), pero el hecho de que el alemán ya se haya recuperado ha vuelto a abrir el debate sobre quién debe ser el meta titular del conjunto azulgrana, una discusión que jamás tuvo lugar entre Víctor Valdés y José Manuel Pinto, teniendo el primero mucho más nivel que el segundo.
Otro de los falsos dogmas que está intentando romper Luis Enrique es que Leo Messi no pueda jugar con un "nueve" referencia al lado. De momento Munir El Haddadi, delantero centro consagrado, ha sido quien ha acompañado al argentino en el flanco de ataque y el resultado ha sido dos victorias en dos partidos, jugando bien y creando gran cantidad de oportunidades de gol. La realidad dice que con Eto'o, Henry, Ibrahimovic y David Villa siempre terminaron llegando títulos, y Luis Enrique lo sabe. Por ello, pidió a Zubizarreta que se trajera a Luis Suárez.
Otro de los "tabús" que se está rompiendo es que el FC Barcelona no disponga de "Plan B" ni soluciones diferentes en el banquillo para revolucionar el juego. En el partido de hace dos semanas contra el Villarreal, la aparición en la segunda parte de Sandro Ramírez propició el triunfo final del FC Barcelona, lo que indica que de momento los hombres de banquillo aportan y mucho. Luis Enrique, además, ha demostrado que se puede hacer mucho daño al rival con falsos extremos. Contra (3-0) el Elche jugó con Rafinha y Messi en la banda, cuando los dos tienen tendencia a irse al centro, y algo semejante sucedió en Villarreal con Messi y Pedro, aunque éste último sí que es extremo puro.
Finalmente, está la capacidad de salir también al contraataque, algo que todavía no se ha visto mucho pero que Luis Enrique desea potenciar. Lo importante es "tener el balón y en el campo rival", pero el asturiano desea también que exista el recurso de los balones en largo para aprovechar la velocidad de Messi, Pedro, Munir o Neymar con metros por delante. En cuanto a Rakitic y otro tipo de jugadores como Messi, el asturiano está consiguiendo que se impliquen en tareas defensivas y se "ensucien las manos", siendo "todo-terrenos" que además de tener talento realizan también el juego sucio y logran recuperar una gran cantidad de balones.
Carlos Domínguez
@CarlosDomnguez1