A pesar de su buen inicio de temporada habiendo marcado ya 3 goles en Liga, Neymar desapareció durante todo el partido contra el Málaga y no fue capaz de desbordar a la defensa rival, al igual que el resto de sus compañeros. El brasileño debe autoexigirse más
Después de su mala actuación contra el Málaga en La Rosaleda, donde apenas consiguió desbordar, Neymar deberá resarcirse contra el Granada en el Camp Nou -siempre y cuando Luis Enrique decida alinearle- para olvidar definitivamente la falta de brillantez que sufrió contra el conjunto albiceleste y continuar con las buenas apariciones que estaba ofreciendo en este principio de temporada, donde ya ha marcado 3 goles en Liga BBVA pese a no haber sido titular en los primeros cuatro encuentros. Si bien es cierto que el empate (0-0) del FC Barcelona contra el Málaga fue en gran parte mérito del conjunto local, también es cierto que el equipo azulgrana está acusando en algunos partidos una marcada falta de gol y también de ocasiones.
Le pasó contra el Apoel de Nicosia, contra el Villarreal y de nuevo este pasado miércoles contra el Málaga. En los dos primeros partidos tuvo la suerte de cara gracias a las intervenciones salvadoras de Leo Messi en El Madrigal asistiendo a Sandro Ramírez y del remate de cabeza de Gerard Piqué en el Camp Nou ante los chipriotas. Sin embargo, cuando Messi no aparece para empujar el balón al fondo de la red, es necesario encontrar a otras referencias ofensivas y es en este apartado donde Neymar deberá dar un paso adelante en los próximos partidos. El objetivo es que se parezca al Neymar de Brasil y pueda mostrar, de forma definitiva, su mejor versión con la camiseta culé.
De momento el brasileño está siendo más decisivo actuando como revulsivo desde el banquillo -así marcó los dos goles contra el Athletic- que apareciendo en el once titular. Contra el Granada probablemente empezará desde el banquillo teniendo en cuenta que Luis Enrique querrá tenerle fresco para el partido del martes contra el Paris Saint-Germain, por lo que deberá aprovechar los pocos minutos que llegue a tener para dejar con un buen sabor de boca a la afición y coger confianza de cara al vital choque de Champions League. Cuando el Barça le necesite, Neymar debe ser capaz -al igual que hace Messi- de echarse el equipo a la espalda y no esconderse. El brasileño, aunque Messi esté también sobre el campo, debe dejar de lado el papel secundario para empezar a tomar protagonismo en el juego ofensivo del equipo con más regularidad.