El F.C.Barcelona sufrió el pasado martes la primera derrota de esta temporada en partido oficial. Los azulgranas se vieron superados por el Ajax, un equipo que no tiene, ni de cerca, la calidad o el presupuesto del conjunto culé
El partido venía marcado por las bajas en el equipo que entrena “Tata” Martino, sin embargo, las ausencias no pueden ni deben servir como excusa para una derrota como la sufrida en el Amsterdam Arena por 2-1, ya que lo que se echó de menos fue la actitud del conjunto como bloque, más que la presencia de uno u otro jugador en concreto.
No se puede ir a jugar en la Champions League pensando que el partido está ganado antes de bajar del autobús, ni siquiera ante rivales tan inferiores como el Ajax. El problema de la falta de actitud fue precisamente el que privó al equipo de obtener mayores éxitos en las dos últimas temporadas, como muchos de los jugadores reconocieron públicamente antes de que empezara la actual campaña. Aún así, parece que los jugadores no han aprendido la lección todavía y eso es bastante peligroso a estas alturas de la competición.
Está claro que el Barça llevaba una racha de 20 partidos sin conocer la derrota, lo que tampoco es algo normal o que deba darse por lógico ya que, aunque los blaugranas tienen un potencial superior al del resto de los equipos a los que normalmente se enfrenta, el fútbol es precisamente el deporte más grande porque un mal día puede tenerlo cualquiera y, además, cualquier equipo te puede ganar si le sale el partido perfecto.
Pero el problema va más allá de perder o de ganar. La principal preocupación es que un equipo muy “normalito” sea capaz de dominarte con la claridad y de la manera tan apabullante que lo hicieron los holandeses en los primeros 45 minutos del partido. ¿Qué va a pasar cuando juguemos contra Bayern, Dortmund, PSG o incluso contra Arsenal o Atlético? Ahora mismo el Barça está lejos de los mejores, sobre todo a nivel defensivo y de competitividad, sigue estando por debajo de lo mínimamente necesario para optar a ganar la Champions.
Hay que seguir siendo optimistas, no vale la pena caer tan pronto en un pesimismo exagerado por haber perdido un partido, pero precisamente esto debe servir de toque de atención para empezar a cambiar cosas y, porque no, para pensar si valdría la pena adquirir algún refuerzo de cara al mercado de invierno. El periodo invernal nunca fue el más adecuado para hacer fichajes importantes, pero parece evidente que un “parche” defensivo debería ser algo prioritario en caso de que se quiera aspirar a ganar los tres títulos: Liga, Champions y Copa del Rey. Mascherano y Piqué son una pareja que no funciona por mucho que Martino se empeñe en utilizarlos como fijos, teniendo además la mala fortuna de contar con un Puyol que sigue sin estar en su mejor estado de forma.
Por otra parte hay dos cosas que durante esta temporada ya han quedado de manifiesto: El equipo tiene que jugar más rápido y hay que llevar mucho cuidado con los pocos rivales que plantean el partido para disputarle la posesión del balón al Barça. El ejemplo más claro es, precisamente, el partido ante el Ajax, donde una vez más se pudo comprobar que los azulgranas sin el balón en su poder sufren muchísimo más que cualquier otro equipo europeo, ¿por qué? Muy simple, porque el Barça no está acostumbrado a no tener la posesión. Pero claro, aquí radica uno de los principales problemas, y es que equipo como Bayern, Arsenal o incluso Real Madrid pueden llegar a disputarle la posesión, y si a eso le sumas la calidad individual de las plantillas de esos equipos, el problema puede convertirse en mayúsculo.
Por cierto que está muy bien que los jugadores entonaran el “mea culpa” después del partido del pasado martes, aunque es bastante irónico que el primero en hablar sea Gerard Piqué para decir que “nos ha faltado actitud”, porque habrá que suponer que habla principalmente de él mismo y de su tónica durante toda la temporada.
El entrenador, Martino, tiene bastante trabajo por delante, debe sacarse de la manga nuevas fórmulas para incentivar a muchos jugadores que lo han ganado todo en el mundo del fútbol, una ardua tarea para el míster argentino. Además, también tiene que conseguir que el equipo juegue mejor, que siga ganando y que no se pierda la actitud en ningún momento. En ocasiones parece que las tareas se le van acumulando en su libreta a “Tata”. Es de suponer que el míster anotó que no puede hacer todos los experimentos el mismo día: Dejar a Busquets fuera pese a las bajas e intentar darle la vuelta al partido metiendo como sustitutos a tres canteranos, dos de ellos debutantes en la competición europea, son demasiadas filigranas a la vez. Había bajas, sí, pero también otras opciones diferentes como, por ejemplo, meter a Bartra de central y subir a Masche al centro del campo a la posición donde ha estado jugando toda su carrera deportiva antes de llegar a Barcelona. Iniesta también podría haber pasado al extremo dejando a Neymar como delantero centro y a Cesc por detrás en la mediapunta. Este Barça tiene miles de recursos y, al igual que Guardiola cambió 4 veces su esquema para ganar al Dortmund el pasado fin de semana, el técnico blaugrana debe comenzar a reaccionar con más decisión ante las situaciones que ocurren en el campo.
Mientras tanto, la mayoría de socios y aficionados siguen esperando con impaciencia la vuelta de los dos jugadores más determinantes del equipo: Uno es el de siempre, el mejor del mundo, Leo Messi, y el otro es el salvador en la portería, Víctor Valdés. Sin ellos, el Barça es mucho más débil y no sólo por calidad, sino porque el carácter de ambos es incuestionable. El argentino se encarga de marcar casi todos los goles y el guardameta es quien se ocupa de parar los tantos del equipo rival.
Marcelo Méndez Mingot