El Bayern de Múnich ha logrado mantener el liderato tras remontar en el Allianz Arena contra el Mainz (4-1) y ofrecer un juego muy poco vistoso en la primera parte. Robben se ha enfadado con Guardiola, que no le ha dejado tirar un penalti
Si hace unos días Pep Guardiola aseguraba que el Bayern de Múnich debía de mejorar su juego en el Allianz Arena, el problema no se habría solucionado en el partido frente al Mainz, o al menos no durante los primeros 45 minutos. Al conjunto bávaro le bastaron pequeños destellos de buen juego para endosar cuatro goles a los visitantes y mantener el pulso con el Borussia Dortmund como líder de la Bundesliga. Con las bajas de Ribéry y Alaba, el Bayern protagonizó uno de los peores primeros tiempos de la temporada.
El Mainz se adelantó con un tanto de Shawn Parker, que eludió el marcaje de Jerome Boateng y regateó a Manuel Neuer. Tras el descanso, la salida de Mario Götze dinamizó el juego de los bávaros. El ex del Borussia Dortmund asistió a Arjen Robben para el empate y, dos minutos después, participó en la jugada del primer gol de Thomas Müller. En el 69' asistió también a Mandzukic para el 3-1, y Müller firmó la sentencia definitiva con un lanzamiento de penalti. La pena máxima, provocada por Schweinsteiger, iba a ser tirada por Robben, pero Pep Guardiola ordenó que se lo cediera a su compañero. El enfado del holandés, que cogió la pelota y la tiró al césped con rabia, fue monumental.
