El año de Víctor Valdés

El portero del Barça está protagonizando la mejor temporada de toda su carrera

El portero del Barça está realizando la mejor temporada de su vida deportiva justo en el año que ha anunciado que será el último que juegue en el club azulgrana

Valdés lo tiene claro, cuando acabe la temporada se irá a otro equipo, casi seguro de otra liga, donde pueda experimentar nuevas sensaciones y experiencias como jugador profesional. Parece que el Mónaco podría ser uno de los destinos en los que el futbolista tiene puesto su interés, aunque si sigue al nivel de forma actual, el equipo francés se le va a quedar bastante pequeño.

Es curioso, sin embargo, que ambas cosas coincidan, su último año en el club junto a sus mejores momentos bajo los palos. Y las principales razones son dos por encima de otras, que por supuesto también influyen: Madurez (deportiva y personal) y una motivación extra generada por su enfado con el presidente Rosell.

Y es que el caso de Víctor es uno de esos curiosos desde sus inicios. El guardamenta blaugrana ha tenido altibajos a lo largo de su trayectoria, donde cabe resaltar una estabilidad notable en las útlimas campañas donde ha ido mejorando en lo que eran sus puntos débiles y convirtiéndose cada vez en un portero más sólido y seguro. Estar bajo los palos de la portería del Barça siempre ha significado estar sometido a un nivel de presión realmente brutal y eso es algo que no se puede obviar. Por debajo de esos palos han pasado algunos de los mejores porteros de la historia del fútbol, y todos sufrieron malos momentos cuando cometían el más mínimo error o el equipo no conseguía sus objetivos. 

En la memoria reciente de los aficionados aún está el caso de uno de los últimos fichajes que hizo el Barça hace unos años para cubrir la portería, considerado además como el mejor portero del mundo cuando llegó a Barcelona, el portugués Vitor Baia. El portero llegado del Oporto no tuvo ni la fortuna ni el acierto necesario para asentarse en uno de los puestos más difíciles de la alineación del F.C. Barcelona, probablemente sólo comparable a los niveles de exigencia que se le demandan al delantero centro (cuando el Barça jugaba con un “9” puro).

Tras Baia llegaron Hesp, el portero holandés que vino de la mano de Van Gaal y que se ganó el respeto de la afición debido a su regularidad, profesionalidad y seriedad tanto dentro como fuera del campo, y Richard Dutruel, portero francés llegado del Celta que no demostró tener el nivel exigible para vestir la camiseta azulgrana. Después de estas experiencias se volvió a apostar dos chicos de la cantera, y aquí es cuando aparece la figura del Valdés, en un principio solapada por la de Reina, quien abandonaría el club para irse al Villareal. Fue entonces cuando Víctor aprovechó la oportunidad y a base de regularidad y buenas actuaciones se hizo con un puesto fijo en la meta azulgrana.

Es innegable que en toda su carreta ha tenido también mejores y peores momentos. Cuando hay 10 “cracks” como jugadores de campo, resulta complicado conventirse en protagonista. Además, es cierto que al Barcelona le llegan pocas veces a portería, pero por su espírtitu ofensivo también es verdad que esas ocasiones suelen ser más claras y peligrosas que las que reciben otros equipos cuyos defensas como norma no pasan del centro del campo. Aún así, ha habido momentos en los que Valdés no estuvo al nivel necesario, y no en el plano físico sino más bien en la falta de concentración que le hicieron cometer algunos fallos evitables. Además, Valdés nunca terminó de encajar al 100% en los corazones azulgranas, probablemente por su carácter o por no haberse mostrado más “simpático” en determinados momentos. El “feeling” con la afición ha llegado finalmente, pero también le ha costado muchísimo más que a cualquier otro compañero.

Con sus mejores y peores días, nadie puede olvidar que Víctor Valdés ha sido el portero de la época más gloriosa del club, y por lo tanto pasará a ser recordado en la historia del Barça para siempre. Hay que destacar que en las grandes citas normalmente estuvo a la altura, y que es uno de los principales responsables de muchos de los títulos.

Por si Valdés no hubiera tenido suficiente con toda la presión que supone estar bajo la portería del Barça, encima ha coincidido en el tiempo y en el espacio (la Liga Española) con el que está considerado el mejor portero del mundo habiendo nacido también en España: Iker Casillas. La sombra de Iker es alargada y eso Víctor también lo ha tenido que sufrir en sus carnes, desde las comparaciones diarias entre ambos a raíz de cada actuación con sus respectivos clubes, hasta la condena de la suplencia, en ocasiones injustamente, en el banquillo de la selección española durante la mejor etapa del equipo nacional también en toda su historia. Así, Valdés ha tenido que ver desde el lateral del campo como España ganaba dos Eurocopas y una Copa del Mundo.

Pero, ¿Y ahora? ¿Merece Víctor seguir siendo suplente con la temporada que está haciendo y estando Casillas sin jugar en su equipo apenas ningún partido?

Precisamente esta temporada debe ser el año de Valdés, porque se lo está ganando a pulso y demostrando que merece una salida por la puerta grande del Barça y la titularidad de la selección en el próximo Mundial de Brasil 2014.

Hasta el momento los números del portero del Barça son espectaculares, sus actuaciones destacadas cada fin de semana no dejan lugar al debate: Hoy por hoy Víctor es el mejor portero de la Liga Española y merece ser titular de la Selección. De aquí a la cita mundialista quedan muchos meses, es por ello que Valdés tendrá que seguir manteniendo el mismo nivel y tratando de ayudar al Barça en su último año, ya no sólo por el club, sino por él mismo, para llegar a Brasil en las mejores condiciones posibles y no darle ninguna opción a Vicente del Bosque.

Del Bosque está siendo injusto con Valdés. El pasado viernes le pudo su honestidad y puso al portero del Barça de titular con España, pero el martes volvió a elegir a Casillas para estar en el once inicial, algo que, sabiendo que Vicente en un hombre de bien, tuvo que costarle bastante decidir. El seleccionador nacional puede “probar” ahora, sin embargo en el Mundial sabe que tendrá que poner, simple y llanamente, al que esté mejor. Del Bosque tiene un favoritismo claro hacia el madridista, lo ha demostrado en numerosas ocasiones. Ahora bien, con Víctor a este nivel y con Casillas habiendo jugado sólo un partido al mes durante toda la temporada, la decisión sólo puede ser una.

Marcelo Méndez Mingot