A vueltas con el estilo del Barça


La manera de jugar del F.C. Barcelona se ha convertido en el tema principal de debate de esta semana. Tras ver como el equipo, por primera vez en 5 años, perdía el porcentaje de la posesión a final de un partido, y utilizaba el balón largo y el contraataque como estrategias ante el Rayo Vallecano el pasado sábado, las críticas no se hicieron esperar. Esto es el Barça, para lo bueno y para lo malo

Y precisamente, el primero que debería ir acostumbrándose a este tipo de debates, más o menos razonables y muchas veces precipitados e innecesarios, es el entrenador “Tata” Martino, quien se mostró sorprendido y bastante molesto porque hubiera surgido este estado de opinión en torno al estilo que él mismo está implantando en el equipo. Si el míster se asombra y se molesta por este tipo de cosas, lo que está demostrando es que le queda mucho por aprender, sobre todo en lo que se refiere a la institución y al llamado “entorno”. Es de suponer que cuando dijo lo de “parece que aquí hay que ser holandés” no estaba pensando en Van Gaal, quien precisamente pese a sus títulos no gustó nunca en la ciudad condal y se le pitaba en el Camp Nou incluso cuando se ganaba.

En el Barça, como en la mayoría de equipos grandes, se discute y se opina sobre todo: Desde el color de las camisetas, hasta los precios de las entradas o abonos, pasando por supuesto por el estilo de juego y los resultados, así como el rendimiento, de cada uno de los partidos. Esto es así, y dentro de lo molesto que pueda resultar para algunos, tiene hasta un cierto punto de lógica. Un club tan grande como el Barça tiene alrededor una masa social, unos medios de comunicación, unos aficionados, socios y seguidores que opinan, opinarán y lo harán con la subjetividad que a cada individuo le confiere su punto de vista.

También es cierto que el partido del Rayo tenía connotaciones muy especiales: Uno de los campos más pequeños de Primera División y sufriendo una presión del rival y del público asfixiante. Por eso mismo, si se renunció a la posesión en algunos tramos del partido pero se ganó 4 a 0, poco más hay que añadir. El año que viene, si se puede, se tratará de tener más posesión pero el resultado estaría bien que fuera parecido.

Sin embargo, lo más relevante de este capítulo del estilo es precisamente que se haya producido, porque vuelve a demostrar de manera explícita que el Barça es el mejor equipo del mundo, el único de todo el planeta donde se critica su manera de jugar a pesar de haber ganado TODOS los partidos de Liga disputados, 6 de 6, y de haber conseguido el único título disputado hasta ahora, la Supercopa de España. Esa es la grandeza del Barça, ahí reside, y quien no la pueda o quiera ver es que no conoce la historia reciente del club.

Mientras el Real Madrid se preocupa sólo en ganar “por lo civil o lo criminal” (y sino que le pregunten al Elche), lo mismo que le sucede a otros clubes destacados del panorama europeo como al Chelsea o al Manchester United, resulta que en el Barça no sólo vale con ganar, además hay que jugar bien, tener la posesión, dominar los partidos y hacerlo bonito. Pues sí, ahí es donde entre todos se le ha puesto el listón a un club que, pese a que no haya logrado todos los títulos en juego en los últimos años, resulta que sigue siendo el favorito según las casas de apuestas para ganar la Champions League en esta edición. ¿Por qué? Porque es el mejor equipo del mundo… ¿Por sus jugadores? Sí, en gran parte por su plantilla, pero en otra parte, igual o mayor, por su estilo de juego.

Y encima el martes pasado, en pleno debate del estilo, el Barça realiza los mejores 45 minutos que se le han visto en toda la temporada, ante la Real Sociedad, acabando la primera parte contra los donostiarras ganando por 3-0, que podrían haber sido 7 u 8. Y además, esos mejores minutos del equipo coinciden no con pases largos y contraataques, no, la clave del buen juego son dos cosas muchísimo más obvias: Presión en todo el campo empezando por los delanteros sobre la defensa rival y pases mucho más rápidos e igual de precisos. En cuanto el Barça presiona para robar y tener la posesión, y toca el balón rápido, no hay rival que le pueda parar. Es totalmente imposible, y de hecho tiene los jugadores idóneos para poder hacerlo.

Es por ello que el tema del estilo acabará siendo secundario dentro de muy poco. Todo el mundo sabía que al Barça le hacía falta nuevas y frescas ideas, y Martino ha venido aquí para intentar traerlas, enseñarlas y ensayarlas lo antes posible para que, cuando lleguen los partidos donde no quede más remedio porque el equipo se vea estancado con su juego habitual, poder utilizarlas con garantías.

Pero Martino no es tonto. Se puede equivocar enfadándose si hay debates que considera injustos pero sabe que, a fin de cuentas, los jugadores de la plantilla actual no han aprendido ninguna táctica sino que la han “mamado” desde muy jóvenes y nadie ni nada va a conseguir que cambien radicalmente su manera de jugar, aquello que ya ha sido universalmente bautizado como el “tiki-taka”.

Marcelo Méndez Mingot