El FC Barcelona tiene a día de hoy una plantilla que supera los 30 jugadores, y Tito Vilanova es partidario de reducirla sustancialmente para trabajar con un grupo más reducido. En los próximos días se sucederán las cesiones y salidas de futbolistas
Tito Vilanova tiene un problema: la superpoblación de la plantilla del primer equipo, que con el regreso de los cedidos y las incorporaciones del filial llega a más de treinta jugadores. El técnico azulgrana tiene claro que, para trabajar bien, deberá adelgazar el grupo, ya que quiere un grupo más reducido.
El fichaje de Neymar es, de momento, lo único que ha hecho el Barça para la temporada 2013-2014. En cuanto a las bajas, al margen de no haber renovado Abidal y Muniesa, el único traspaso ha sido el de Fontàs al Celta. Ahora, el objetivo de la dirección deportiva es incorporar a un defensa central que convenza a Tito Vilanova y, sobre todo, encontrar una salida a los futbolistas descartados por el técnico azulgrana, partidario de una plantilla corta.
De entrada están los que vuelven tras estar cedidos y que no cuentan para Vilanova. Bojan, que ha jugado en el Milan; Afellay, del Schalke 04, y Cuenca, que, tras ser campeón en Holanda con el Ajax, le han operado otra vez de una rodilla y estará entre tres y cuatro meses de baja. La lista de los jóvenes del filial que, por contrato, pasarán a tener ficha del primer equipo, la encabeza Gerard Deulofeu. La acompañarán el portero Oier; Rafinha, el hermano de Thiago Alcántara, y el centrocampista de Reus Sergi Roberto. Todos ellos son candidatos a marchar cedidos si quieren disponer de los minutos que no podrán tener como azulgranas.
De lo contrario, probablemente se encuentren con la situación que ha vivido Jonathan Dos Santos, prácticamente inédito esta última temporada. En el caso de Villa, que acaba contrato el año que viene, el futuro dependerá de las ofertas que lleguen. Por el contrario, el club no quiere perder Thiago Alcántara, pero la rebaja de la cláusula de rescisión a 18 millones de euros hasta el 31 de julio ha puesto en peligro la continuidad. La última palabra, en este caso, la tendrá el jugador.