El crédito está agotado, ya no sirven la palabras, el barcelonismo necesita hechos. No hablamos de ganar, sino de competir. El Barça tiene por delante nueve días para detener una hemorragia que amenaza con destrozar una temporada excepcional
El Barça tiene nueve días para enderezar el rumbo y preparar a conciencia el decisivo partido contra el Milán en el Camp Nou, en la vuelta de octavos de final de la Champions. Los azulgrana descansarán hasta el martes por la mañana para recuperarse de la derrota por 2 a 1 en la Liga contra el Real Madrid. Es el segundo clásico que pierden los azulgrana en menos de una semana, y la tercera derrota en los últimos cuatro partidos.
Estos datos preocupan y mucho en un equipo azulgrana irreconocible, con problemas defensivos y ofensivos evidentes, y que necesita reencontrarse con su fútbol para buscar una remontada épica en Europa, uno de los retos pendientes de esta generación de leyenda. Con Tito Vilanova recuperándose en Nueva York, Jordi Roura y al resto del cuerpo técnico deben recuperar anímica y físicamente un equipo en horas bajas.
Problemas defensivos en el juego aéreo
El último partido en que el Barça mantuvo la portería a cero fue hace casi dos meses en la vuelta de octavos de final de la Copa ante el Córdoba, que terminó con una clara victoria azulgrana por 5 a 0. Desde entonces, el equipo barcelonista ha disputado 13 partidos, en los que siempre ha recibido un gol o más, con un total de 21. El último el de Sergio Ramos en el Bernabéu y además con un denominador común en los últimos compromisos producto de un mal balance defensivo en el juego aéreo. Si ayer era Ramos el que ganaba el salto a Piqué, el pasado martes en la semifinal de Copa y también en un córner lo hacía Varane.
El defensa francés ya había puesto en evidencia las carencias en el juego aéreo azulgrana en el partido de ida al rematar, entre Busquets y Piqué, un balón que también terminó en el fondo de la portería. Pero no sólo el Madrid ha sacado partido de esta faceta, también lo hizo el Sevilla en el Camp Nou. Coke ganó la espalda a Montoya, y en el centro Botía se anticipa a Dani Alves. Una serie de errores que el Barça no ha conseguido corregir.
Pero el bajón del Barça no se puede focalizar sólo en los errores defensivos. En los últimos partidos, la producción ofensiva de los azulgrana ha caído también de manera notable. A los barcelonistas no les sirvió de nada tener una posesión de balón superior al 70 por ciento en el Bernabéu. Largas posesiones que no se tradujeron en peligro al área rival. Aparte del gol de Messi, poquísimas ocasiones de un Barça que en los últimos partidos también ha sido irreconocible en ataque. A la poca profundidad ofensiva se añade un descenso físico evidente y que afecta a la presión asfixiante que los azulgrana siempre habían hecho.
Desde hoy, el Barça tiene nueve días para reencontrarse y remontar una eliminatoria que marcará el futuro de este equipo y sus jugadores.