Todo vale

Se abrió la veda de caza y la pieza mayor es el Aquiles enemigo. Fue Marca con su primicia acerca del ultimátum de los capitanes del Madrid a Florentino Pérez entorno a la figura de Jose Mourinho quien destapó la caja de los truenos. La entidad blanca anunció represalias en forma de denuncia contra su principal baluarte mediático, gesto que no es ni mucho menos baladí. La vacante de un altavoz autorizado lanza a los subalternos a la arena o mejor dicho, al clásico. Nada mejor que un duelo entre griegos y espartanos para lucir escudo, bufanda y pin de solapa. Hay que ganarse al jefe blanco. @Banquilleros 

El resultado de esta guerra sucia, salpica obviamente al rival. La diana es Messi y todos quieren acertar en su talón. Para ello no dudan en tirar de artimañas barriobajeras o de escasa ética. En concreto acusan al pibe de llamarle “bobo” a Arbeloa en el párking del Bernabeu y “Muñeco de Mourinho” a Karanka en el túnel de vestuarios. Insultos todos ellos muy “argentinos” (Nótese la ironía). En pocas palabras, tratan de vilipendiar la imagen pública del mejor futbolista de todos los tiempos mediante filtraciones interesadas de dudosa procedencia y nula veracidad. Y es que las pruebas sobre lo sucedido brillan por su ausencia. Es lo que tiene nuestro país, el difama que algo queda se convirtió en lev motiv hace tiempo. El “todovalismo” amenaza con transformarse en asignatura obligatoria para sacarse la licenciatura de periodismo.

El ruido generado entorno a la lapidación pública y despreciable de Messi, acalla lo que sucedió sobre el césped. El mechero que fue lanzado desde la grada, los insultos racistas a Dani Alves, el juego agresivo del Real Madrid ante la mirada permisiva y condescendiente de Clos Gómez, el sonrojante criterio a la hora de repartir las amarillas, las palmaditas ofensivas de Xabi Alonso en la cara a Messi, las rascadas de Arbeloa sobre el argentino cuando el balón está lejos y solo las miradas furtivas permanecen ojo avizor o simplemente la superioridad manifiesta del Barça sobre el césped del Bernabeu, algo que no es nuevo y que se traduce en solo una victoria local de las últimas 9 visitas al coliseum blanco. De eso si existen pruebas físicas y palpables. Los opositores están haciendo bien los deberes encubriendo tufos y desviando atenciones de manera chabacana a la vez que cómicamente evidente. Aroma a leche cortada.

A todo lo expuesto debemos sumarle el silencio de Mourinho. La previa al clásico fue extremadamente plácida gracias al segundo plano que ha adoptado el luso de un tiempo a esta parte. Sin bocado cizañero que llevarse a la boca, los programas basura del periodismo boquean desesperados en busca de share. Para ello, nada mejor que enturbiar el ambiente con un cuento de fantasmas. Y es que si la cosa hubiera quedado en lo visto sobre el terreno de juego, poco o nada hubiera pasado. Lo que sucede en el campo se queda en el campo. Sin embargo, extraer del rectángulo de juego las miserias más retorcidas, implica caldear el ambiente peligrosamente para el partido de vuelta en el Camp Nou y por consiguiente, generar lo que ellos tanto necesitan para subsistir… mierda.

A estas alturas, aún sigue produciéndome cierto sonrojo, observar como forofos con pocas luces y escrúpulos tienen al alcance de su mano plumas y cámaras de tanta repercusión, mientras periodistas sobradamente preparados, objetivos y cargados de ética, deben usar blogs personales y redes sociales para poner cordura y razón en un gremio totalmente desgastado y desnaturalizado.

En cuanto a Leo Messi, estoy seguro que todo este asunto se la trae al pairo. Hace bien. El pibe solo debe centrarse en jugar al fútbol y disfrutar de este deporte. Por cierto, lo que viene es Mestalla, un partido complicado que debemos ganar para no dar oxígeno, alas y esperanza a nuestros perseguidores. Y es que a los “agradaores” se les combate con fútbol y títulos. Donde más duele. Como siempre digo, escupen hacía arriba… son unos fieras…

Hoy más que nunca los culés debemos recordar aquello de… “Ladran, luego cabalgamos… a 15 puntos, para ser más concretos”.

Un artículo de @Banquilleros