El estadio de Montilivi ha sido el escenario de un entrenamiento itinerante del Barça, dos años y medio después de las sesiones de Palafrugell y Reus. El conjunto azulgrana ha llevado a cabo una sesión en Girona, que se ha convertido en una fiesta. La llegada de la expedición culé ha desatado el éxtasis en las inmediaciones de Montilivi. Poco después, el capitán Carles Puyol ha entregado una camiseta firmada por la plantilla del Barça al presidente del Girona, que servirá para recaudar fondos para diversas asociaciones que trabajan para reconstruir los daños causados por el incendio del Empordà.
El estadio del Girona se ha llenado de camisetas azulgrana, con un público muy juvenil. 7.350 espectadores han seguido el entrenamiento y han aclamado a sus ídolos, en especial a Leo Messi. Al finalizar la sesión, el equipo barcelonista ha agradecido desde el centro del campo el apoyo de los aficionados. El adiós también sería vistoso y sonoro. Cientos de seguidores han despedido al autobús del campeón del mundo.