Benfica, Spartak de Moscú y Celtic de Glasgow, equipos protagonistas
en las Ligas de su país, serán los rivales del FC Barcelona en la fase
de grupos. Los analizamos.
Benfica: sabor de Primera
El conjunto portugués es el rival de mayor entidad histórica del grupo G. Doble campeón de Europa en los años 60,
el Benfica es ahora un equipo con un clarísimo sabor a Primera
División. Jorge Jesús, su técnico, dispone de jugadores como Nolito (ex
del Barça B), Garay, Rodrigo (ex del Madrid), Aimar (ex del Valencia) y
el gran refuerzo de este verano, Salvio (ex del Atlético de Madrid), que
conforman una plantilla liderada por Witsel y Cardozo,
sus hombres más fuertes en el centro del campo y ataque,
respectivamente. A última hora, se han ido Saviola (Málaga) y Javi
García (City), otros ex de Primera. Segundo en la temporada pasada,
estuvo a punto de tumbar al Chelsea -futuro campeón de Europa- en los
cuartos de final de la última edición de la Liga de Campeones.
Spartak: el peligro se llama Emery
El rival del bombo 3 es una de las potencias de Rusia. A pesar de no haber levantado ningún título en los últimos nueve años, es uno de los equipos en auge las últimas temporadas.
Segundo en la pasada Premier League, se ha reforzado últimamente con
jugadores de renombre como Kallstrom, Romulo, el ex del Espanyol Pareja o
el nigeriano Emenike, la gran revelación del último curso,
con 13 goles en 22 partidos. A última hora, también ha llegado Jurado,
procedente del Schalke 04. El principal refuerzo, sin embargo, ha
llegado este verano en el banquillo. Unai Emery, ex entrenador del
Valencia y uno de los técnicos que más ha complicado la vida al Barça en
los últimos tiempos, es ahora el encargado de liderar el nuevo proyecto
moscovita. Sin embargo, nunca -ni con el Almería, ni con el Valencia-
ha logrado imponerse al conjunto azulgrana (cuatro empates, seis
derrotas).
Celtic: el nuevo rey de Escocia
A pesar de tener 11 Ligas menos que su eterno rival, el Glasgow Rangers, el Celtic vive días de gloria en Escocia.
La deuda económica ha condenado al Glasgow en la cuarta división, lo
que permite a los católicos reinar cómodamente en la Premier League de
su país. Con una competición doméstica más bien asequible, el
Celtic de Neil Lennon podrá centrar todos sus esfuerzos en la Liga de
Campeones, siempre mediante un fútbol físico y directo, basado
en la potencia de Wanyama en el mediocampo y la altura de Samaras en la
punta ataque.
