Josep Guardiola baja el telón con otra obra maestra, la 14ª en cuatro años
inolvidables, un final redondo a una historia de éxito y seducción. El FC Barcelona cierra la temporada 2011/2012 con 4 títulos -Supercopas de España y Europa, Mundial de Clubes y Copa del Rey- y sólo 4 partidos perdidos, un bagaje casi inmaculado.
El balón es redondo y la etapa de Guardiola sólo podía tener un final redondo. Estrenó su palmarés como técnico en una final de Copa ante el Athletic Club y la ha cerrado (de momento) con el mismo título y contra el mismo rival. En este trayecto, Guardiola deja un legado de 14 títulos de 19 posibles,
pero, por encima de todo, una manera de hacer respetada y admirada en
todo. Guardiola se ha vaciado, pero ha llenado de satisfacción y de
orgullo a todos los culés. Y a los amantes del fútbol.
Después de la mala pasada que supuso la eliminación en la Champions ante el Chelsea, el fútbol ha devuelto al Barça la gloria que le corresponde al mejor equipo de la historia. El Vicente Calderón ha visto un Barça como el de hace un año en Wembley,
desacomplejado y convencido, que ha hecho del juego al primer toque y
de el pase al espacio la quintaesencia de su estilo. Esta noche, además,
con un arranque de partido brutal, directo y efectivo. No sabemos si
fruto de una charla emotiva y especialmente preparada por el técnico,
pero seguro que no nos equivocamos mucho.
Con el balón como gran tesoro
El principal mérito del Barça de Guardiola es que, como esta noche,
ha jugado todos los partidos mirando el balón cara a cara. No es un
hecho menor que nunca haya perdido la posesión del balón en los 247 partidos
de la era de Guardiola. Ni el Athletic Club más estético de su
centenaria historia -aunque hoy se ha parecido más a aquel equipo de los
ochenta- ha conseguido robarle al Barça el timón del barco.
Tampoco es
un hecho menor que en estos 4 años, sólo se hayan perdido 19 partidos de
competición oficial.
Todo este bagaje, Guardiola, que nunca ha perdido en los 15 partidos
disputado contra el Athletic Club en 4 años, lo ha conseguido siendo
fiel a sus principios. Con dos hombres que llevó de Tercera a la
Champions, Pedro y Sergio Busquets, en el equipo inicial de la final y con un protagonismo indiscutible; con Pinto como titular en todos los partidos de Copa (tres finales incluidas), con Xavi e Iniesta como abanderados del ADN Barça, y con Messi,
con tres Balones de Oro bajo el 'reinado' de Guardiola, como faro del
equipo, en una posición donde Pep le ha sacado el máximo rendimiento
posible (73 goles).
El equipo, en unos primeros 30 minutos de videoteca,
nos ha regalado una nueva entrega de fútbol total. Como Mónaco, o como
en Yokohama, esta misma temporada. Las bajas de tres hombres
indicutibles de la defensa (Abidal, Puyol y Alves) no
han sido inconveniente para superar a un Athletic superado por los
acontecimientos y la pesada exigencia histórica para un equipo todavía
demasiado joven. Justamente lo contrario que simboliza Xavi, con 20
títulos en su palmarés azulgrana. Motivos suficientes para que el Barça
alce el 26º título de Copa, más que ningún equipo en toda Europa.
El colofón a una gran temporada
El título de Copa baja el telón de la etapa Guardiola con un regusto
fantástico. El colofón de una temporada con 4 títulos, que se dice
pronto. Un botín seguramente injusto con los méritos de este equipo, si
tenemos en cuenta que sólo ha perdido 4 partidos esta temporada.
Pero como dice la camiseta que lucían los jugadores durante todo el día
de hoy, jugamos bajo un principio que no tiene final. Pep marcha, pero Tito
le ha acompañado en todo este trayecto. Comienza la transición hacia la
continuidad: acaba una etapa, pero sigue el ciclo del mejor equipo del
mundo. ¡Gracias, Pep!
