No es fútbol

De vez en cuando destino unas líneas para hablar de lo que acontece en el mundo del fútbol. De esas líneas, solo unas pocas hacen referencía al asunto que trataremos hoy. Entiendo que el deporte, el fútbol en nuestro caso, es el nexo de unión que mantiene esta ya duradera relación entre ustedes y yo. Sin embargo, mi conciencia no me permitiría pasar ciertas cosas por alto que precisamente enturbian el trasfondo de una actividad que debería ser por concepto formativa pero que entre unos y otros hemos convertido en degenerativa.

No se crean. Soy el primero al que le encantaría debatir, ensalzar, destripar los encuentros de este fin de semana. El partidazo del Camp Nou entre dos colosos del fútbol europeo, el derby mediterraneo entre Valencia y Levante, el partidazo del Sadar en el que el Madrid avanzó líneas con un golpe de autoridad que aún retumba en la España balonpédica. Me gustaría hablar del pundonor del Zaragoza, que de la mano de Jimenez se agarra con uñas, dientes y fe enfermiza a una permanencía hace un mes imposible. No es el día. El cuerpo no me lo pide. Hoy debo hablar de lo que no es fútbol. Hoy escribo sobre dos hechos que ensucian el deporte rey. Me refiero a lo sucedido en las gradas del Reyno de Navarra con unos aficionados del Real Madrid y la rueda de prensa de Javier Clemente en la que insulta gravemente a un periodista. Y ojo, me preocupan tanto las acciones en sí, siempre condenables, como las reacciones observadas entre los que viven alrededor de esta verbena. Les pongo en antecedentes.

¿Qué Ocurrió en Pamplona? Algo que no es nuevo. Una familia acude al estadio para presenciar el partido. Hasta ahí todo normal. El problema aparece cuando deciden colgar una bandera del Real Madrid en la balaustrada de las gradas. En ese momento, ultras del conjunto pamplonica comienzan a verter una serie de amenazas que terminan por obligar a estos aficionados a retirar sus emblemas. Como siempre, lo peor es que de esta trifulca fueron testigo niños inocentes que solo acuden al fútbol para ver a sus ídolos.



Osasuna, a tenor de estas imágenes, debería tomar cartas en el asunto, sancionando a estos ¿seguidores? y pidiendo disculpas públicas a los aficionados que vieron vejado su derecho a la libertad de expresión. No puede haber excusas.

Estos son los hechos y son irrefutables. A partir de aquí, hablamos de las repercusiones. Esto ya es harina de otro costal. La primera fue la del Real Madrid. El conjunto presidido por Florentino Pérez alivió el mal trago de estos seguidores madridistas, invitándoles al próximo partido Real Madrid vs Apoel correspondiente a la vuelta de los cuartos de final de la UEFA Champions league. Bonito gesto del conjunto blanco, sin duda. Sin embargo, quizá y solo quizá, el mundo del fútbol agradecería en mayor medida, que el propio Real Madrid erradicara de sus gradas a ultras tan o más violentos que los del Reyno de Navarra. Quizá el seguidor, el aficionado de este gran fenómeno social, preferiría que pancartas incitadoras a la violencía como “Mou, tu dedo nos señala el camino” fueran prohibidas en el Bernabeu. Quizá y solo quizá, preferiríamos ver como se retiran banderas anticonstitucionales que ondean desvergonzadas sin temor a represalia. Quizá y solo quizá, el presidente del Real Madrid, debería prohibir a jugadores y técnico, aplaudir con vehemencía y orgullo al grupo más radical de su afición, aquella que no lo duden, apalearía a cualquier seguidor al que se le ocurriera plantar un pendón enemigo en tierra santa.

Y es que la violencia no entiende de estadios, aficiones o colores. La violencia es violencia. La hipocresía y el bienquedismo selectivo, solo conduce a la incomprensión más absoluta.

Y en lo referente a los medios… Ayer, Punto Pelota, ya saben, ese programa en el que verduleras de diferentes micrófonos vociferan hasta altas horas de la madrugada, preguntaban mediante encuesta pública…¿Que sanción deben recibir los aficionados que obligaron a quitar la bandera del Madrid? La pregunta no es improcedente. Ya he comentado antes que Osasuna e incluso instancias de la RFEF deberían actuar de oficio con estos temas tan lamentables. Sin embargo el sesgo, el maniqueismo tácito, el mirar para otro lado cuando interesa o hacer por ver cuando el que paga ordena, me enerva, me subleva y me impide callar las tropelías de los que deberían dar fe de la información en lugar de atentar contra ella de forma sistemática.

Espero que los que hoy llenan sus ediciones digitales con el triste acontecimiento del Reyno de Navarra, obren de igual forma el próximo Sábado en el Bernabeu. No es ironía, el próximo Sabado. Lo de la violencia es a diario y no exclusivo de tierras pamplonicas.

El otro asunto que quería trata es el del insulto de Javier Clemente aun periodista en plena rueda de prensa. "A tu hijo le diremos lo que es su padre, que es un sinvergüenza, ¿entiendes? usted es un sinvergüenza, un maleducado y encima es más tonto que un saco de piedras''



Publicado por EBV - @Banquilleros