José Mourinho no habló un día más en rueda de prensa y dejó que fuera su segundo, Aitor Karanka, quien diera la cara ante los medios de comunicación. Ni el hecho de haber ganado por primera vez como técnico en el Camp Nou le hizo cambiar de opinión. Pero el portugués, tras felicitar a sus jugadores por el triunfo, quiso enviarles un claro mensaje de prudencia en el vestuario del estadio azulgrana una vez finalizado el clásico.
"Que nadie crea que la Liga está ganada", dijo Mou. Un mensaje que tanto Karanka como los futbolistas entendieron a la perfección.
La expedición del Real Madrid llegó a casa alrededor de la 1 de la madrugada. En el aeropuerto de Barajas les esperaban muchos seguidores para celebrar la victoria en el campo del máximo rival y, por supuesto, lo que significa: siete puntos de ventaja cuando sólo quedan cuatro partidos para el final de la temporada. Los aficionados blancos, sin embargo, se quedaron con un palmo de narices porque los jugadores no salieron por la vía habitual, sino que un autocar los recogió en la pista. Prácticamente nadie los vio marchar.
Ahora, la plantilla del Madrid tendrá poco tiempo para saborear la victoria. Ya está concentrada de cara a la vuelta de las semifinales de Liga de Campeones. El miércoles, en el Bernabéu, quieren dar la vuelta la eliminatoria contra el Bayern de Múnich tras el 2 a 1 de la ida.