Ya no leo contubernios, ni críticas feroces hacía el colectivo arbitral. Ya no descifro sobre complots, ni atos. No escucho quejíos afilados, ni al célebre plañidero luso. El gimoteo tan característico de las últimas temporadas, ha dado paso a la algarabía más absoluta. El fútbol ya es fútbol y no conjura.

El Madrid ganó al Barça, campeonó en territorio enemigo. El orden prevalece nuevamente sobre el caos. La lógica impera en terreno hasta ahora abonado al que se salta por sistema el guión preestablecido.

Las cosas ya transcurren como Dios manda. Ahora sí interesa hablar del futbolista mágico. Atrás queda aquella oscura época en la que el balón fue enemigo. El olor a rancio que impregnaba las editoriales más casposas, se disipa en una jornada de puertas abiertas largo tiempo esperada. El optimismo invade al plumilla. Ya no se buscan coartadas. Ahora sí, lo ganado, es justicia. El vencedor lo es por méritos propios y no por obra y gracia del silbato pendenciero. No hay confabulaciones, ni fumadores de rubio a la sombra de párkings desiertos.

!Ha ganado el Madrid! Gritadlo a los cuatro vientos; que el tañer de las campanas despierte a los que prefirieron la hivernación a la desvergüenza.

Por fin el niño chico se salió con la suya. Tras mucha murga obtuvo el dulce. Hasta en eso es bueno el Barça. Prefirió, inconscientemente, conceder a soportar. No es el camino. Solo permanecerán en silencio hasta nuevo antojo. Disfrutemos de esta calma chicha.

Publicado por EBV - @Banquilleros