Sound of silence

EBV. Nunca el sonido del silencio tuvo tantos decibelios. José Mourinho amordazó sin contemplaciones al club de Concha espina. No quiere el portugués discursos contradictorios. Sabe positivamente que no todos están de acuerdo con su forma de hacer las cosas y por eso impone un silencio Stampa tragicómico.

La afonía de la entidad redunda en su aislamiento. Resulta paradójico que un presidente experto en lides empresariales, acepte que la imagen histórica del club se vea embarrada por un animal de bellota temporal y descontrolado. Desde luego una irresponsabilidad más en el haber de Florentino Pérez. La entidad siempre debería estar por encima de las personas y no al revés. En una época donde las marcas publicitarias sopesan muy seriamente la actitud, comportamiento y valores que transmite su icono, resulta poco inteligente permitir que ciertos cabestros pasten sin cadenas.

El mutismo del Real Madrid revela secuestro, el que atenaza las ansias de liberación de muchos integrantes de la primera plantilla o los ideales de varios directivos ahora en las mazmorras. Una cosa es que Mourinho no sepa contener su viperina lengua y otra muy distinta que alguien con dos dedos de frente y algo de honradez, pueda dirigirse al aficionado y socio merengue manteniendo un discurso equilibrado e institucionalmente correcto. Los cautivos del portugués piden permiso hasta para ir al retrete. Un Alcatraz blanco.

El temor a las represalias del number one cercenan la libertad de expresión en la casa blanca. El bozal es la alternativa cuando tu pensamiento difiere del que manda. Supongo que al final todo es una cuestión de superviviencia. La crisis aprieta y la vida fuera de los muros del Bernabeu se torna gris y enrevesada. Al albor de los euros del tio Gilito se vive mejor, aunque para ello sea obligatorio aplicarse aquel chascarrillo que nos decían nuestros padres cuando los mayores hablaban de temas de enjundía; Tu ver, oir y callar. Y en esas estamos.



Existen otros silencios denunciables, como el del Barça en el affaire Keirrison. Alguien debería tirar de la manta de una vez. El socio debe saber quien se ha lucrado con el fichaje de este pobre chaval.

El de Sánchez Arminio, escondido en alguna madriguera de mala muerte, no se queda atrás. El mismo que quiso sepultar de mierda a Piqué por su inocentón "premeditado", es el que hoy no se atreve a asomar la cabeza tras el filho puta de unos y el robar de otros. Lo dicho, a menudo sale más a cuenta decir cualquier chorrada que guardar silencio. Por desviar la atención más que nada.

Publicado por EBV