Mourinho prepara su salida del Real Madrid

Habló Mourinho para no ser multado, aunque visto lo visto, Florentino hubiera pagado el correctivo de buena gana. Y es que el portugués, por enésima vez desde su llegada al conjunto de la capital, volvió a dejar en evidencia a unos y otros. La primera pregunta en la rueda de prensa previa al partido de Champions que enfrentan a Appoel y Real Madrid, era obligada y hacía referencia a la ley del silencio que impera en el club de Concha Espina tras el empate en Villareal.

La respuesta de Mourinho, desganada pero contundente no se hizo esperar:

“No tengo que justificar nada. No soy yo el responsable de todo esto ni el que ha determinado esa decisión"

Cabe recordar que 48h antes, el director de relaciones externas ( Aunque cada vez le quedan menos relaciones que dirigir), Emilio Butragueño, había declarado ante los micrófonos de TVE lo siguiente sobre el asunto en cuestión:

“una postura tomada por el cuadro técnico y por el vestuario que nosotros respetamos, tomada con la prudencia de evitar acumular más tensión".

El portugués le arrea metafóricamente hablando, un bofetón del quince al buitre como antaño hiciera con Valdano. La desacreditación para con el mito blanco es cuando menos sonrojante. Independientemente de quien mienta en todo este affaire, existe o debería existir un código interno que impidiera vilipendiar a mitos del madridismo. Es una cuestión de civismo y respeto.

En una cosa tiene razón Mourinho, él no es responsable de nada. El que manda y parte el bacalao en la casa blanca es Florentino Pérez, el presidente que consiguió con sus votos en las urnas, la confianza del socio madridista. Él y solo él es el culpable de que la entidad viva sumida de forma permanente en un clima de crispación innecesario y dañino. Con sus silencios y esa dejadez de funciones altamente reprochable, se convierte en el causante de la pérdida sistemática de imagen y valores de un club mastodóntico.

No hay que ser muy listo para darse cuenta de que Mourinho está preparando su salida del club a final de temporada, al menos así lo ve un servidor que les habla. En pocos meses ha logrado encrespar a todos los sectores del madrididsmo. Por un lado a los directivos, ya saben, los Pardeza, Butragueño y compañía; Kleenex de usar y tirar relegados al papel de comparsas en un circo que gobierna desde la distancia Eladio Paramés.

Por otro los futbolistas. Sí, digo bien, los futbolistas. La desunión dentro del vestuario es más que evidente. Por un lado los campeones del mundo. Por otro el clan Mendés y en última instancia los desperdigados. El resultado es lo vivido al finalizar el encuentro frente al Villareal. El técnico exige que se raje del árbitro en zona mixta o por el contrario, que no se hable. Casillas, Ramos, Alonso y Arbeloa entre otros se niegan a seguir apareciendo ante la opinión pública como los llorones de la liga. Por el contrario, los Mendesianos apoyan a su entrenador, ahí están los gestos por ejemplo de CR7 a la finalización del partido y su famoso “Rubar, siempre rubar”. La ley del silencio resultó ser el mal menor.

El otro sector es el de la afición. Los seguidores que antaño idolatraban al portugués, comienzan a estar hartos de sus actitudes chulescas y su menosprecio permanente. El último ejemplo fue el aplauso irónico al sector más radical del Bernabeu. Los pitos este año han sonado con fuerza en el templo blanco. Ya hay hartazgo de prepotencía.

Y finalmente la prensa. El mutismo selectivo de Mou enerva a los altavoces de la casa blanca. Las voces autorizadas del madridismo se han cansado del maltrato sistemático hacía un eslabón imprescindible de la cadena. La caverna ha sido la creadora del monstruo, dándole pávulo allá donde otros hubieran tirado de la cadena. No se puede domesticar a un león. El zarpazo ha sido de dimensiones considerables y la herida, sangrante, duele como mil demonios.

Mourinho se marchará y lo hará como mártir, como hijo pródigo incomprendido. El de Setubal busca desesperadamente excusas que justifiquen un más que posible fracaso deportivo. Es su sello. La prensa será la diana sobre la que verter toda la bilis acumulada y saben una cosa, se lo merecen. Dejará tras de sí una herencia desértica. Plantilla enfrentada, directiva quemada, imagen de club a nivel nacional e internacional pisoteada, una relación con los estamentos deteriorada, un fútbol base inexistente y un aparato medático ahogado.

Al hilo del asunto, ayer era destituido Claudio Ranieri como técnico del Inter de Milán. Cinco entrenadores en 21 meses. ¿Cuántos ha tenido el Chelsea desde la marcha de Mourinho? No más de los que tuvo el Oporto el primer año de la epoca postMou. Debería tomar buena nota de todo ello el Real Madrid. El presente del conjunto transalpino, es el futuro del club blanco. Vive Atila.

PD: Por cierto, hoy juega el Madrid un partido de Champions.

Publicado por EBV - @Banquilleros