Desde ese día, Pep encontró otra arma. Para nada conservadora, más bien astuta.  Quizá se dio cuenta que lo que se venía a continuación no iba a ser del  todo bueno, y que en esos momentos exigirles mantener la misma  intensidad del 3-4-3 y los sueños del pentágono; dentro de un calendario torturador, era imposible.
Por  eso Pep compró una máscara, que iba a resultar bastante útil y efectiva  en momentos delicados como este. Para muchos, una ligera decepción por  ver como el Barça "cuida piernas", pero dense por seguros que será solo  ante momentos desequilibrados y con falta de dosificación. La máscara da  lugar al definitivo Barça de Messi.
Para  lograr comprender este as bajo la manga de Guardiola, tenemos que tener  claro que el Barça siempre parte con ventaja ante cualquier rival. No  por simplemente, practicar juego de posición, sino porque últimamente,  los jugadores y sus dotes tácticos ayudan una inmensidad en condicionar y crear confusión en ciertas fases del juego, y el que mejor armado está, es Messi.
Se  puede entender que condiciona por banda derecha jalando marcas, dando  espacios a la zona central, pero no todo es condicionar como decía. La regla también dice: aprovechar sus dotes,  y uno de los tantos dotes de Leo es recepcionar entre líneas y girar de  una manera espectacular. Por no decir, que por aquella labor no se le  echa de menos a Iniesta, últimamente es el jugador más decisivo.
El  pasado clásico en el Camp Nou (2-2), el plan de Pep consistió en eso.  Robar y entregar a Leo Messi que esperaba frotándose las manos, entre  líneas, para irse a una velocidad inalcanzable como es costumbre. Así  también fue ante rivales como el Málaga; en algunos minutos de la primera parte, ante el Villarreal el pasado fin de semana, y ayer; ante el Valencia  en su casa, que dimos rienda suelta al Barça de Messi la primera parte,  como si las pérdidas de salida del conjunto ché fuera nuestro único  respiro. El segundo tiempo, recién, despertó la faceta dominante.
Aunque  sigan sin entender el porqué de estar bien aquella máscara, la más  rápida explicación, es que últimamente, los rivales del Barça han vuelto  a "nacer", y han querido o tenido el afán de mostrar su lado más  ofensivo ante un equipo que desde su punto de vista, está flojito. Por  esa razón el atrevimiento, y la respuesta de Pep. Ante el Madrid,  Alonso y Lass se ubicaron en la misma línea de Xavi, generando atraso  en la transición del Barça, pero en lugar de ganar metros con los  mediocampistas, Guardiola apostó por romper su línea con Messi esperando  entre las dos últimas. Así llegó el gol de Pedro.
Aquella  acción es la más clara. Quizá por la falta de efectividad y enorme  carga que lleva el argentino estos partidos, no hemos visto goles que  deberían haber llegado, pero es por lo que ha apostado Pep, aparte de  tranquilizar un poco las aguas con el antiguo 4-3-3.
Así  es mejor. Apostar por lo seguro en estos momentos donde las piernas  andan sin frescura, y la mente falla a veces. El 3-4-3 no es malo. La  línea de 3 defensas no es un coladero. El único detalle, es que se debe  realizar en un momento que estemos todos a tope. De esa forma, llegarán  el triple de oportunidades, que para eso está hecho el sistema.
¿Se puede hablar de un equipo camaleónico?
Vamos Barça, a seguir escalando en La Liga.
Publicado por Gonzalo Haro | La Azulgrana Mecánica
