Jordiasturies. En la madrugada del jueves 18 de agosto, entre la una menos cuarto y la una más o menos, falleció el Real Madrid Club de Fútbol. Se están investigando las circunstacias del fallecimiento, y los expertos forenses no se acaban de poner de acuerdo. Los hay que dicen que el óbito se debe a causas naturales como consecuencia de un virus contraido en septiembre de 2010, y que ha ido corroyendo las defensas del organismo hasta destruirlo completamente.
Otros expertos, sin embargo, apuntan que el Real Madrid, a pesar de su enfermedad, había apuntado signos de mejoría, pero que fue asesinado sin piedad desde dentro, traicionado en sus esencias, cual Julio Cesar confrontado por su hijo Marco Bruto, por conspiradores de nombre Pepe o Marcelo, bajo la aquiescencia de personas que hasta hace bien poco eran consideradas razonables como Iker Casillas, todos bajo la dirección consentida de Florentino Pérez, abducido por un espíritu del mal llamado José Mourinho.
Tal espíritu del mal se ha cargado más de cien años de historia, con momentos buenos y momentos malos, con circunstancias gloriosas y otras dudosas, como le pasa a todo el mundo, pero siempre bajo unas esencias de respeto y trabajo. Algo que ya sabíamos, o por lo menos intuíamos a nivel local, es conocido ya a nivel universal.
El Real Madrid ha muerto, pues, pero su lugar no ha quedado libre. Lo ocupa ahora un zombie de nombre Real Mourinho, que hasta nueva orden será quien se lleve los laureles que puedan llegar, o el responsable de nuevos fracasos, pero siempre de manera oscura, traicionera, a lo muertos vivientes de "Juego de tronos".
No sabemos si hay esperanzas de redención, de una resurección a los tres días, meses, o años. No parece tal mientras siga siendo abducido por ese espíritu maligno, apoyado además por una cohorte de escribas que o niegan la evidencia, o, si la admiten, la justifican con extrañas e incomprensibles razones cabalísticas.
No, el Real Madrid seguirá muerto, o poseído por el Real Mourinho, mientras ese espíritu maligno no sea castigado sino más bien todo lo contrario, salga fortalecido.
Roguemos por el alma del Real Madrid, pues, y si sus adoradores quieren recuperar prestigio y dignidad, más vale que contraten un buen exorcista para expulsar al demonio que se lo ha arrebatado.
Mientras tanto, en el lado de la luz, o al menos del claroscuro, el mundo sigue su marcha.
Amén.
La botica de Jordiasturies, Tant se val d'on venim