Cuando el bueno y el malo son tan evidentes


Tras la disputa de la supercopa, la tensión de la temporada pasada ha vuelto a surgir como si nunca se hubiese marchado. Yo ya tuve claro la temporada pasada quienes eran los buenos y quienes eran los malos. Entonces, sin embargo, no me atreví a decirlo alto y claro. Ahora, con la vehemencia de uno que sabe que no se equivoca lo digo sin tapujos: si esto fuera una película, el Barça sería el bueno y el Madrid el malo.

Sé que esto no va a gustar a los merengues. Pero la evidencia rebosa por allá donde uno mire. No es normal que un equipo confunda la violencia con la agresividad y que después llore esperando que el mundo conspire para darles la razón. Eso no es correcto y mucho menos deportivo. Pero eso es lo que ha traído Mourinho al Madrid. Y todo con un solo objetivo: ganar. A todos los efectos, esto es lo que cualquiera definiría como maquiavélico.

Pero en Madrid algunos se niegan a aceptar la culpabilidad evidente. Lanzan mensajes de desprestigio de Messi incitando a Mourinho a hablar. Pero yo me pregunto: ¿es que no es normal en un partido de futbol los piques? ¿quienes fueron los que sobrepasaron la dimensión deportiva del futbol? ¿quienes agredieron? La respuesta a esta pregunta tiene una única solución: el Real Madrid. Aunque también un sector del madridismo empieza a ver a su equipo metido en un espiral de vergüenza. Como dijo un aficionado de la capital, "antes el Real Madrid perdía con dignidad. Ahora sigue perdiendo pero sin ella".