Del "Manolo, marca ya" al "mucho morro"

No es la primera vez. Tampoco será la última. Los árbitros no sólo deben controlar la aplicación del reglamento, sino también el comportamiento de los jugadores y afición en los estadios. Cualquier actitud xenófoba, racista, irrespetuosa y no digamos incitadora a la violencia debe ser castigada sin miramientos ni piedad. La cuestión es que si se va a hacer con una, se debe hacer con todas. Y si se va a hacer, debe haber pruebas concluyentes. Si no las hay, la autoridad del árbitro no debe ser cuestionada.

PARA LEER EL ENVÍO COMPLETO, SEAN TAN AMABLES DE PASARSE POR AQUÍ

Jordiasturies, Tant se val d'on venim