Consumidos ya dos clásicos, uno para certificar que el color de la Liga es azulgrana y el otro para inclinarse en la
Copa del Rey, el
Barça debe extraer algunas conclusiones para las semifinales de la
Champions que también le enfrentarán al
Real Madrid y que están a la vuelta de la esquina. Las esenciales, evitar los bajones en la conducción del partido y recuperar cuanto antes su productividad goleadora. En
Mestalla, no pudo marcar un tanto en 120 minutos. Y eso que
Pep alineó a su tridente mágico. No es algo puntual, ni tampoco anecdótico. Golear es parte de la forma de ser del
Barça, controla su estado anímico. Y cuando no lo hace se siente pachucho. La última vez que se quedó a cero fue a mediados de diciembre, cuando no pasó del empate en la ida de los octavos coperos ante el
Athletic...
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MD
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