Ya puede venir el 
Arsenal o jugarse la final de la 
Champions al día siguiente que 
Leo Messi  no descansará ni un minuto. El argentino mostró ese insaciable deseo  que tiene de jugarlo absolutamente todo y de nuevo completó los 90  minutos pese a que eran muchos los que pensaban que quizás era mejor no  arriesgar su físico y centrarlo en la eliminatoria contra los ingleses.  Pero Leo no concibe eso de que el balón esté rodando y él tenga que  verlo desde el banquillo. Desde que 
Pep le sustituyera en el minuto 85 del partido copero ante el Betis en el 
Camp Nou  no había visto la 'tablilla' del cambio. Ayer volvió a dejarse el alma  en cada jugada, en cada pelota que llegó a sus pies. El argentino  encaró, dribló, pasó y chutó como siempre... 
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MD
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