Las adversidades ponen a prueba al ser humano, le endurecen y, si sale adelante, le dan estímulo para progresar. Un buen ejemplo de ello lo ha dado durante estos años el
Barça que ha construido
Pep Guardiola, retroalimentado en su espíritu de grupo muchas veces por cuestiones ajenas a la dinámica interna del vestuario, la mayoría ataques banales lanzados desde fuera que le han dado nuevos motivos para unirse en pos de un objetivo. Esta vez ha sido algo tan incontrolable como la salud de un jugador la que va a poner a prueba al colectivo azulgrana. Xavi Hernández, uno de los capitanes de esta plantilla, admitió ayer que "jamás" en su dilatada carrera se había enfrentado a algo tan trascendente como la situación que va a vivir Éric Abidal y, con él, también el equipo. Asimilado el golpe inicial, la experiencia indica que el grupo fortalecerá los lazos emocionales para hacer frente a la adversidad...
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MD
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