Desde el sorteo de los octavos de final, que la plantilla azulgrana vivió como una fiesta en la sala de vídeo del Camp Nou, se esperaba con impaciencia el de ayer para celebrar otra movida como aquella, que fue una gran juerga. No porque nadie se burlara del rival de entonces, el Olympique Lyon, sino porque entre que los jugadores cruzaron apuestas y que se profirieron gritos ...
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