Con un magnífico movimiento, descolocó a toda la defensa del Basilea. Desde el ala derecha, Dani Alves le vio, desmarcado, en el lado opuesto (el izquierdo) del ataque barcelonista, donde había aparecido como por ensalmo, sin que nadie supiera cómo. No se le esperaba, no, por esa zona ...
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