En la primera jornada tras el parón de la Champions League, los equipos locales hicieron buena su condición de jugar en casa. El Paris Saint-Germain acabó llevándose un duelo eléctrico ante el Chelsea por 2-1 y el Benfica vio la luz en el último minuto ante el Zenit

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Los primeros dos partidos de octavos de final de la Champions League tras la vuelta del parón depararon espectáculo, buen fútbol y sorpresas hasta el último momento. Por una parte, los franceses del Paris Saint-Germain salieron muy vivos de su duelo ante el Chelsea. Los galos se encomendaron a sus delanteros Zlatan Ibrahimovic y Edinson Cavani para golpear primero al cuadro inglés.

Primero apareció el internacional sueco para batir a Thibaut Courtois con un disparo de golpe franco. El esférico tocaba en Obi Mikel y se envenenaba, dejando totalmente vendido al portero belga. Sin embargo, en el descuento del primero tiempo aparecería Diego Costa para peinar un saque de esquina que aprovecharía el mismo Obi Mikel para colocar el empate. Tras un segundo tiempo de tiras y aflojas, donde al igual que todo el partido el PSG fue superior a su rival, Cavani entró por Lucas Moura en el 74. Y cuatro minutos después reivindicó su puesto en el equipo con un chut seco que entro por debajo de las piernas de Courtois. El partido acababa con este dos a uno que, a los ojos del espectador, fue bastante corto.

Jonas salvó a un voluntarioso Benfica

A cientos de kilómetros de París, en otra capital europea como es Lisboa se jugaba la otra eliminatoria de octavos que enfrentaba a Benfica y Zenit de Santpetersburgo. Un duelo entre dos equipos que acostumbran a llegar a esta fase de competición pero que suelen acabar apeados, cosa que para uno de los dos no sucederá. Y visto lo que sucedió este martes sobre el terreno de juego parece que será el Benfica quien tenga más posibilidades de pasar. Los de Rui Vitória controlaron el partido y se aprovecharon de la expulsión por doble amonestación del defensor visitante Criscito en el segundo tiempo.

Pero antes de que sucediera eso, los locales André Almeida y Jardel recibieron una amonestación cada uno que les hará perderse la vuelta. Un hecho que imprimió una velocidad más a los portugueses en búsqueda del deseado gol. Sabedores de que la vuelta será muy complicada, los lisboetas no cejaron en su empeño hasta el gol de Jonas en el último minuto. Ese delantero que compite con Suárez e Higuaín por la Bota de Oro este año y que en el último minuto remató de cabeza una falta botada desde la banda derecha. El gol llevó el delirio a la grada de Da Luz que acabó celebrando ese uno a cero final.