El estadio del Espanyol presentó una desoladora asistencia en la vuelta de Copa del Rey ante el FC Barcelona a pesar de las facilidades y descuentos dados por el conjunto blanquiazul. El propio presidente se quejó de la poca afluencia de espectadores

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Nuevamente, la afición del RCD Espanyol ha demostrado que es la verdadera minoría de Barcelona, no se sabe si maravillosa o no, al ni tan siquiera llegar a la mitad del aforo de Cornellà-El Prat en el partido de vuelta de octavos de final de Copa del Rey ante el FC Barcelona. Los blanquiazules no respondieron a la llamada de la directiva perica que ofreció descuentos y diferentes opciones para tratar de crear un buen ambiente.

El presidente Joan Collet se refería a esto ante los micros de "Movistar+" de la siguiente manera: "No se han vendido muchas entradas y no sé el socio, tenemos 26.000 abonados. Tenemos un estadio muy bonito, pero cuesta mucho llenarlo". Sobre la dificultad de la eliminatoria, el propio Collet tampoco era muy optimista antes de que comenzase el encuentro.

"En el partido de ida hicimos una gran primera parte, acabamos el partido con 9 y se habló que el Barça nos pasó por encima. Se nos quitan muchos méritos, igual la segunda parte pudo ser como la primera. Lo tenemos muy difícil, remontar tres goles es muy difícil, pero que la gente esté tranquila, espero que no pase nada", comentó el mandatario, quizás pensando en los incidentes ocurridos durante el partido de Liga BBVA por los que le pueden cerrar el estadio.

Sin embargo y salvo alguna pancarta desagradable hacia Gerard Piqué y Shakira que se pudo ver en la "Curva Sud", ocupando por otra parte todos los asientos vacíos, no hubo nada más. El público asistente recibió a los futbolistas blaugranas con silbidos y pitos, como era de esperar, pero en esta ocasión no se oyó ningún grito racista hacia Neymar, pues estuvo en el banquillo desde el inicio.