La esposa de Rafa Benítez, Montserrat Seara, ha hablado en una entrevista sobre lo que significa el fútbol para el nuevo entrenador del Real Madrid y ha dejado algunas frases que no tienen desperdicio. "Vamos arreglando los entuertos que deja Mourinho", ha asegurado

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En una entrevista concedida al diario "La Región", Montserrat Seara no dudó a la hora de contestar de forma directa y tajante a todas las preguntas que le formularon, dejando algunas declaraciones que podrían levantar controversia en los próximos días.

La esposa de Rafa Benítez destacó la gran pasión que siente su marido hacia el mundo del fútbol, algo que le trae loco desde hace 20 años y que le hará seguir entrenando por lo menos 20 años más a equipos de gran nivel. Seara asegura que no fue fácil cambiar Galicia por Liverpool, pero "también gané libertad y resortes para ayudar. Estamos haciendo muchas cosas en Liverpool, con niños con infancias complicadas, que solo se pueden conseguir teniendo detrás el apellido Benítez".

Seara se siente cómoda hablando de fútbol, pero no entiende cómo "los futbolistas tienen millones y no dicen, oye voy a dar un poco a alguien... Yo hago mi vida. Hombre, después de 20 años con Rafa si no entiendes de fútbol eres un negado, porque no habla de otra cosa". Habló en la entrevista sobre su experiencia en Liverpool. "Inglaterra fue lanzarte un poco al abismo. Pero desde el primer día funcionó todo muy bien. Es muy similar a Galicia. Tuvimos mucha suerte de caer en Liverpool". Destacó que Casillas merecía terminar su carrera en el Real Madrid.

"En el mundo del fútbol hay que guardar muchos secretos. El caso Casillas por lo poco que sé viene muy de atrás. Se merecía terminar en el Madrid. Pero el fútbol es así". Y no dudó a la hora de lanzar algún que otro palo a José Mourinho. "Vamos arreglando los entuertos que deja el amigo... Si lo piensas es normal acabar coincidiendo, los equipos élite son sota-caballo-rey".

Y cree que a Benítez le queda todavía mucha cuerda para seguir entrenando a clubes de élite. "Si Dios quiere, le quedan veinte años de fútbol. A Rafa le quitas el césped… El año que estuvimos en casa, iba a ayudar a entrenar al equipo del colegio. Se ponía en la banda, y les gritaba como si estuviese en Primera, levantando los brazos… Para él, el fútbol no es un trabajo, es su pasión".