En el encuentro entre Guardiola y Mourinho, en el partido que rendían cuentas Messi y Cristiano, apareció un protagonista inesperado: César Muñiz Fernández. El tipo de negro, el árbitro claro, tuvo un arrebato de vanidad y se puso en primer plano. Muñiz Fernández ya anunció sobresaltos de buenas a primeras cuando empezó a mostrar targetas a toda velocidad. El ayer colegiado del clásico tensó a todo el mundo y perjudicó al Barcelona en particular. Con el conjunto de Pep dominando el encuentro, se despidió de la primera mitad con más tarjetas en su casillero que el Madrid. Xavi e Iniesta no entendían nada y Pep parecía encantado de la vida. El central portugués acabó el encuentro sin ser amonestado, a pesar de mostrar todo su repertorio de trincheras. Xavi en cambio vio amarilla por protestar... leer más | Sport

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