Wolfgang Stark tendrá hoy la oportunidad de hacer lo que Undiano Mallenco no quiso en la final de Copa: impedir que la violencia venza sobre el fútbol. El recital de agresiones del Real Madrid, que todo el mundo pudo ver por televisión, no tuvo en Mestalla el freno que contempla el propio reglamento del fútbol. Stark, cuya actuación en la ida de la semifinal de la Champions será seguida en todo el mundo, tiene ante sí la oportunidad de demostrar a millones de aficionados que él no es cómplice de las carnicerías de Arbeloa, Ramos, Pepe o Xabi Alonso, como sí lo fue Undiano. Stark puede demostrar al mundo que él sí distingue la línea reglamentaria que separa la agresividad de la violencia. Undiano permitió que se atropellase al fútbol, Stark tiene la ocasión de defenderlo... leer más | MD

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